Google ya cuenta con una nueva aplicación en su haber. Una nueva herramienta de mensajería que llega para ocupar un hueco que su anterior aplicación, Hangouts, no podía llenar. Y es que, en cuanto a lo social, Google sigue sin dar con la clave del éxito. Ahora presenta Allo, que parece haber copiado casi descaradamente al resto de aplicaciones del mercado de la mensajería. Un poco de WhatsApp, unas pizcas de Telegram, medio y mitad de Snapchat y aderezado con algo de Facebook Messenger”¦ ¿y qué tenemos? Una aplicación completa, sencilla, vistosa, pero que está levantando ampollas a aquellos que sufren por su privacidad. Nosotros ya la hemos probado, y esto es lo que hemos averiguado.
Chats vitaminados
En esta aplicación hay chats. No vamos a descubrir la pólvora con ello. Eso sí, son chats bastante completos. Así, encontramos la posibilidad de iniciar una conversación de uno a uno o en grupo. Lo habitual. Lo que marca la diferencia es que Allo llega más o menos actualizada, permitiendo el envío de fotografías en las que se puede dibujar, vídeos, emticonos Emoji, ubicaciones cercanas o incluso mensajes de audio que se graban (sorpresa) manteniendo el icono del micrófono pulsado, como en WhatsApp. Un punto exclusivo es la posibilidad de aumentar o disminuir el tamaño de la letra y los emoticonos con solo permanecer pulsando el botón de envío y deslizarlo hacia arriba (más grande) o hacia abajo (más pequeño).
El punto fuerte multimedia de Allo son los stickers o pegatinas. Se trata de unos dibujos de gran tamaño y mucha expresividad que se pueden enviar entre mensaje y mensaje. Lo bueno es que hay muchas colecciones gratuitas para descargar, pudiendo encontrar personajes y expresiones de todo tipo. Alguna de ellas con animación.
También es importante saber que Allo cuenta con integración con YouTube, por lo que es posible ver un vídeo sin salir del chat. Además, cuenta con un navegador web (Chrome) incorporado, por lo que es ágil a la hora de abrir enlaces a páginas externas.
Eso sí, tiene varios puntos negativos remarcables. Por un lado aún no soporta el envío de animaciones GIF, algo que parece estar en auge en el resto de aplicaciones. Tampoco presenta opciones de llamadas o videollamadas. Cualidades que, a buen seguro, incluirá en el futuro, pero que de momento le restan puntos.
No hay que olvidarse de los chats de incógnito. Se trata de algo muy similar a lo visto en Telegram con sus chats privados. En este caso Google ofrece protección extra a las conversaciones, cifrándolas para asegurarse de que nadie más (ni siquiera ellos) pueden leerlas. Además, permite autodestruir los mensajes que se comparten, para asegurar aún más la información. Eso sí, llega de forma algo controvertida, tal y como explicamos algo más abajo.
Google Allo destaca, sobre todo, por su asistente. Una herramienta en forma de bot o robot que está presente siempre en la aplicación con solo mencionarlo en cualquier conversación, o a través de su propio chat.
El asistente más capaz
Los bots están de moda, y Google no podía presentar una aplicación que no los incluya. O al menos al más capaz de todos. Y es que la compañía ya ha demostrado desde hace tiempo que esto de la asistencia al usuario, incluso antes de que lo necesite, es clave en el futuro (presente) de Internet. Algo que Google Now ya ha probado con sobrada eficiencia, y que ahora el asistente de Google hace directamente en Allo.
Para ello es posible entrar en la conversación de este robot, con el que poder hablar de forma natural, aunque sin olvidarnos de que no es una persona, sino una especie de sirviente. Eso sí, de momento solo contesta en inglés, aunque entiende el español. Con él es posible encontrar información de Internet directamente en el chat, pudiendo preguntarle sobre datos, webs o cualquier duda para obtener una respuesta, un enlace o una galería de fotografías, entre otras muchas cosas. De hecho, es capaz de echar una partida con el usuario a minijuegos de todo tipo, recitarle poemas y chistes o incluso suministrarle noticias de actualidad. Las posibilidades son muy variadas y todo apunta a que seguirán creciendo, siendo la clave de esta aplicación.
Pero lo que destaca es que el asistente de Google está presente en el resto de conversaciones, tanto individuales como grupales. Basta con mencionarlo con la fórmula @google para hacerlo aparecer con cualquier consulta: lugares en los que comer, información acerca de un tema del que se está hablando, fotografías de un concepto o incluso vídeos de YouTube. Todas sus posibilidades en cualquier chat y en cualquier momento para resolver dudas o incluso realizar tareas sencillas como establecer alarmas.
Seguridad a medias
Eso sí, Allo ha llegado cargado de polémica. Y es que, cuando Google la presentó en sociedad en su evento para desarrolladores de mayo, aseguró que no solo sería segura gracias a su encriptación, sino que sería privada para evitar el espionaje gubernamental. Algo que parece haberse pensado dos veces a la hora de publicar la aplicación.
Y es que sí, es segura, siempre y cuando usemos sus conversaciones de incógnito. Un modo de chat que utiliza encriptación de extremo a extremo y que impide que cualquier otra persona pueda descifrar la información compartida. Tal es el aislamiento respecto a los servidores de Google que ni siquiera su asistente está presente.
Sin embargo, si no se utilizan estos chats de incógnito, aunque existe protección en los chats, todos los datos quedan almacenados para siempre en los servidores de Google. De esta forma, y presumiblemente bajo orden judicial, tanto el FBI como cualquier institución que lo solicite, podría acceder a los datos del chat que son guardados. Google se escuda en que, para ofrecer funciones a través de su asistente, es necesario procesar todos esos datos y guardarlos. Sin embargo, esta decisión ya ha hecho que varias personalidades se pronuncien en contra de esta práctica poco privada, como es el caso del ex trabajador de la CIA, Edward Snowden.
Por tanto, es una aplicación segura, pero no del todo privada. Para ello hay que prescindir de su función más vistosa, su asistente, y mantener conversaciones de incógnito, donde es posible programar los mensajes para que se autodestruyan.
Diseño y configuración
Cuando decimos que Allo bebe directamente de otras aplicaciones, no lo decimos gratuitamente. Solo hay que pasarse por su pantalla principal para ver cómo ha copiado la fórmula de la sencillez de WhatsApp. Así, es posible ver todos los chats recientes. Más clara es esta referencia si se accede a los detalles de alguna de estas conversaciones, pudiendo ver la imagen del perfil o del grupo en la parte superior, y las opciones de notificaciones y silencio y los participantes más abajo. Tan similar a WhatsApp que habrá que estar atento para no confundirse de aplicación.
El proceso de configuración también prescinde de las líneas habituales de Google. Así, en lugar de registrarse con la cuenta de usuario de Google o una dirección de correo de Gmail, el usuario debe introducir su número de teléfono. Algo que ha permitido a aplicaciones como WhatsApp o Telegram expandirse entre toda clase de públicos, quienes no tienen que recordar el correo electrónico si no lo usan, tan solo su número de teléfono. Además resulta útil para cotejar qué otros usuarios cuentan con la aplicación.
Google Allo ya está disponible en todo el mundo, aunque en España aún no está completamente traducida, pero es plenamente funcional. Se puede descargar gratis tanto para Android desde Google Play, como para iOS a través de la App Store.