google allo seguridad

Ayer fue el dí­a de Allo, la nueva aplicación de Google. Y es que, aunque su lanzamiento oficial aún no ha llegado a tierras españolas, todo el mundo ha hablado de esta interesante herramienta de mensajerí­a. Todo el mundo incluyendo el conocido ex trabajador de la CIA, Edward Snowden, quien destapara el escándalo del espionaje gubernamental en EEUU, y que ahora arremete contra Allo. Y es que Google ha sorprendido echándose para atrás en lo que se refiere a materia de privacidad.

Allo fue presentada oficialmente el pasado mes de mayo durante el evento Google I/O para desarrolladores que celebra anualmente la compañí­a del buscador. Se trata de una aplicación de mensajerí­a que toma prestadas muchas fórmulas de éxito de diferentes aplicaciones como la sencillez de WhatsApp, los mensajes que se autodestruyen de Snapchat o las posibilidades multimedia de Telegram, sin olvidar su bot o asistente como marca distintiva. Todo ello, en teorí­a, protegido por encriptación para evitar que nadie externo pueda acceder a nuestras conversaciones. O al menos eso es lo que Google dijo. Ahora nos topamos con la realidad.

La clave reside, precisamente, en su asistente. Y es que, para informar de lugares interesantes y cercanos a donde se encuentra el usuario en ese momento, o para dar datos sobre contenidos relacionados con sus gustos, es necesario almacenar muchos datos de éste, tanto de sus consultas como sus búsquedas y demás. Cuestiones que quedan guardadas en los servidores de Google. Además, y a diferencia de lo que se dijo en un principio, toda la información queda almacenada para siempre a menos que el usuario de la orden de borrarlo.

Tal y como relata Snowden en varios tweets, la aplicación de Google no es segura. O, más concretamente, es susceptible de ser espiada por los organismos gubernamentales de Estados Unidos. Y es que, aunque la aplicación cuenta con encriptación, y a diferencia de lo que se anunció en un principio, Google recoge y almacena todos los chats de Allo en sus servidores del paí­s norteamericano. Esto significa dar pie a que el FBI y otros organismos puedan acceder a las conversaciones para espiar o vigilar, presumiblemente bajo orden judicial. Algo que podrí­a estar enfocado a evitar problemas de terrorismo y seguridad, como el famoso iPhone bloqueado de San Bernardino, pero que choca directamente con la privacidad del usuario.

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Eso sí­, esto no quiere decir que la aplicación sea débil o insegura. Sin embargo, solo sus conversaciones de incógnito cuentan con protección de usuario a usuario. Es decir, la misma que utiliza WhatsApp y que permite codificar toda la información de manera que solo los usuarios de dicho chat puedan conocer los mensajes o contenidos. Eso sí­, al cortar toda relación con el exterior y con los servidores de Google en concreto, desaparece su asistente o bot. Un precio a pagar en pos de la privacidad.

Con ello en mente, Snowden sigue recomendando el uso de Signal para el usuario de a pie. Una aplicación de mensajerí­a que cuenta con más barreras y protecciones que WhatsApp o Telegram. Y es que parece no fiarse de las herramientas de mensajerí­a habituales, a pesar de los avances en materia de seguridad que han hecho en los últimos años.