Entre los continuos cambios de valores para equilibrar las cosas en Clash Royale y la gran variedad de cartas que puedes introducir en tu deck o mano, solo los jugadores expertos parecen saber en las partidas. Si estás encontrando dificultades a la hora de llevar a cabo torneos o para plantar cara a enemigos más potentes, quizá deberías mirar esta guía para saber cómo utilizar las cartas de espíritus de fuego y espíritus de hielo. Dos cartas sencillas que pueden marcar la diferencia en una batalla, siempre y cuando se sepan desplegar.
Como siempre, en Clash Royale la experiencia es un grado, y adaptarse a cada situación y enemigo es la verdadera clave para superar un contrincante aparentemente inexpugnable. Sin embargo, hay técnicas y estrategias que pueden ayudar a este fin. Entre ellas está el introducir estos dos mencionados tipos de cartas en el deck. Y no porque puedan crear un gran combo, sino por la versatilidad que ofrecen ante diferentes situaciones durante la partida.
De esta forma, no existe un modo único de usar estas cartas y que sea completamente definitivo o eficiente. Como decimos, es su adaptabilidad a las diferentes situaciones lo que prácticamente obliga al jugador a tenerlas siempre a mano. Por ejemplo, es posible utilizar la carta de los espíritus de fuego junto al montapuercos. No significa que con ello vayamos a derribar una torre, sin embargo conseguiremos defender al montacuerpos en su camino hacia uno de estos bastiones gracias a la velocidad de estos espíritus y a su potencia de ataque. Todo ello por dos simples gotas de elixir que cuesta esta carta. Así, una forma de utilizarlos espíritus de fuego es como apoyo o asistencia en un momento ofensivo. Una buena forma de librarte de defensas y defender tu carta de ataque más potente para que haga el máximo daño posible a la torre enemiga.
Otra opción útil para los espíritus de fuego es la de despistar. Gracias a su agilidad en el campo de batalla, es posible utilizar esta carta para desviar la atención del enemigo y de sus cartas. Mientras un escuadrón de espíritus de fuego se aproxima por uno de los puentes, es posible lanzar una buena ofensiva a través del otro camino, o viceversa. La clave está en jugar al despiste y hacer llegar las cartas al castillo contrario.
En cuanto a los espíritus de hielo, su cualidad de congelación hace de esta carta una gran aliada para la defensa. Y es que son capaces de paralizar a un enemigo durante un segundo. Esto, junto a una carta de alto valor de daño puede ser la barrera perfecta para enemigos como el P.E.K.K.A., en combinación con una torre o un cañón, por ejemplo. Una forma de ganar valioso tiempo para debilitar enemigos.
Eso sí, esta misma idea puede aplicarse dentro de una estratagema de ataque. Y es que, si se consigue hacer llegar a estos espíritus de hielo a territorio enemigo, es posible que defiendan y otorguen tiempo a las cartas más potentes para destruir una torre al congelar a los enemigos que tratan de defenderla.
Un concepto que puede llevarse en combinación con un sinfín de cartas y en innumerables situaciones. La clave está en tener siempre a mano estas cartas, que poseen un pequeñísimo coste de elixir, pero que resultan versátiles y útiles en diferentes tipos de estrategias.