Adiós antigua cámara retro. Hola colorido icono minimalista. Instagram cambia de icono y actualiza su interfaz. O más bien los simplifica. Y es que la red social de fotografía ha confirmado lo que ya sabíamos desde hace unos cuantos días: su aspecto cambia para casar con los tiempos modernos y con la comunidad actual que la puebla. Nuevo icono, nuevos colores y nuevo diseño, pero con las mismas características, cuentas y Me Gustas de siempre. Así es el nuevo aspecto de Instagram.
Las filtraciones ya nos habían puesto en alerta el pasado mes de abril, cuando unas sospechosas imágenes mostraban un nuevo diseño de botones y menús de Instagram. Ahora el responsable de la aplicación, Kevin Systrom, así como las cuentas oficiales de Instagram en las diferentes redes sociales, se hacen eco de este nuevo diseño. Un cambio más que notable tanto por fuera como por dentro de la aplicación. Algo que sospechamos que levantará vítores y críticas a partes iguales.
Por un lado está el llamativo nuevo icono. Éste deja atrás la antigua cámara de fotos con textura de piel y los colores junto a la palabra Insta por un icono mucho más sencillo y más propio de los gustos de Apple en estas últimas etapas. Y es que el logotipo ha pasado a ser una representación minimalista de dicha cámara, sin relieve ni textura, y con todos los colores mezclados y mostrados de forma mucho más vistosa como fondo. Un cambio de color y esquema que no solo afecta a Instagram, sino también al resto de aplicaciones creadas por su equipo: Layout (para hacer collages), Boomerang (para crear vídeos en bucle) e Hyperlapse (para crear vídeos time-lapse).
Tras la sorpresa del icono y logotipo, queda enfrentarse al cambio de diseño del interior de la aplicación. Como decimos, las filtraciones de hace varias semanas habían dejado entrever cómo podría ser este cambio. Y no se han confundido. Si el exterior de la aplicación es ahora aún más colorido, su interior pierde tono para mostrar un esquema en blanco y negro de botones, secciones e incluso barra superior. De esta forma, las pestañas y botones parecen quedar en un segundo plano, permitiendo que la atención se centre en lo importante: sobre el contenido. Sobre las fotos y vídeos que pueblan esta aplicación.
Ninguna de las funciones de Instagram ha variado lo más mínimo. Sigue siendo posible explorar nuevos contenidos, publicar fotos y vídeos, recibir me gustas, cambiar entre varias cuentas de usuario, etc. Lo único es que el diseño se ha reducido a la mínima expresión, sin apenas líneas divisorias, sin color y con botones e iconos sencillos. Incluso la pantalla de edición ahora luce más clara y simple, con botones más grandes para cambiar el contraste, aplicar más brillo o aumentar la definición de los detalles. Ahora bien, las notificaciones sí se muestran a color para evitar que pasen desapercibidas.
En definitiva, un cambio necesario después de cinco años adaptándose con sutilezas a las modas. Claro que, quizá resulte demasiado radical para algunos usuarios. Sobre todo para aquellos que apreciaban el estilo vintage que Instagram defendía en sus inicios. Ahora solo queda esperar a que este cambio de diseño llegue a todos los usuarios de forma progresiva e inevitable. Renovarse o morir.
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