Ayer fue el día de Allo, la nueva aplicación de Google. Y es que, aunque su lanzamiento oficial aún no ha llegado a tierras españolas, todo el mundo ha hablado de esta interesante herramienta de mensajería. Todo el mundo incluyendo el conocido ex trabajador de la CIA, Edward Snowden, quien destapara el escándalo del espionaje gubernamental en EEUU, y que ahora arremete contra Allo. Y es que Google ha sorprendido echándose para atrás en lo que se refiere a materia de privacidad.
Allo fue presentada oficialmente el pasado mes de mayo durante el evento Google I/O para desarrolladores que celebra anualmente la compañía del buscador. Se trata de una aplicación de mensajería que toma prestadas muchas fórmulas de éxito de diferentes aplicaciones como la sencillez de WhatsApp, los mensajes que se autodestruyen de Snapchat o las posibilidades multimedia de Telegram, sin olvidar su bot o asistente como marca distintiva. Todo ello, en teoría, protegido por encriptación para evitar que nadie externo pueda acceder a nuestras conversaciones. O al menos eso es lo que Google dijo. Ahora nos topamos con la realidad.
What is #Allo? A Google app that records every message you ever send and makes it available to police upon request. https://t.co/EdPRC0G7Py
”” Edward Snowden (@Snowden) 21 de septiembre de 2016
Use Tor. Use Signal. https://t.co/VLvBsbVHKs
”” Edward Snowden (@Snowden) 21 de septiembre de 2016
La clave reside, precisamente, en su asistente. Y es que, para informar de lugares interesantes y cercanos a donde se encuentra el usuario en ese momento, o para dar datos sobre contenidos relacionados con sus gustos, es necesario almacenar muchos datos de éste, tanto de sus consultas como sus búsquedas y demás. Cuestiones que quedan guardadas en los servidores de Google. Además, y a diferencia de lo que se dijo en un principio, toda la información queda almacenada para siempre a menos que el usuario de la orden de borrarlo.
Tal y como relata Snowden en varios tweets, la aplicación de Google no es segura. O, más concretamente, es susceptible de ser espiada por los organismos gubernamentales de Estados Unidos. Y es que, aunque la aplicación cuenta con encriptación, y a diferencia de lo que se anunció en un principio, Google recoge y almacena todos los chats de Allo en sus servidores del país norteamericano. Esto significa dar pie a que el FBI y otros organismos puedan acceder a las conversaciones para espiar o vigilar, presumiblemente bajo orden judicial. Algo que podría estar enfocado a evitar problemas de terrorismo y seguridad, como el famoso iPhone bloqueado de San Bernardino, pero que choca directamente con la privacidad del usuario.
Eso sí, esto no quiere decir que la aplicación sea débil o insegura. Sin embargo, solo sus conversaciones de incógnito cuentan con protección de usuario a usuario. Es decir, la misma que utiliza WhatsApp y que permite codificar toda la información de manera que solo los usuarios de dicho chat puedan conocer los mensajes o contenidos. Eso sí, al cortar toda relación con el exterior y con los servidores de Google en concreto, desaparece su asistente o bot. Un precio a pagar en pos de la privacidad.
Con ello en mente, Snowden sigue recomendando el uso de Signal para el usuario de a pie. Una aplicación de mensajería que cuenta con más barreras y protecciones que WhatsApp o Telegram. Y es que parece no fiarse de las herramientas de mensajería habituales, a pesar de los avances en materia de seguridad que han hecho en los últimos años.