Hasta tú mismo sabes que eso que has puesto a la venta en Wallapop no tiene comprador. Que sería mejor cederlo o regalarlo. O, como es habitual, tirarlo al lado de algún contenedor para que alguien que lo vea y le interese se lo lleve. Pues bien, ya no tienes por qué poner precio a cosas que solo tienen valor para ti, o que pueden ser útiles para otros y que a ti no te importan nada. Los regalos llegan de la mano de Gratix. Una aplicación al más puro estilo Wallapop, pero que persigue un consumo más responsable.
Así que si no lo usas y no lo quieres vender, regálalo. Así de sencillo. O al menos en principio, porque Gratix cuenta con sus propias normas y sistema regulador para evitar alimentar tu síndrome de Diógenes o tu tacañería. Las cosas se hacen bien, y si se regalan, se regalan gratuitamente. Pero eso sí, a quien tú quieres. Todo ello con un aspecto de mercadillo virtual donde ver productos por tu zona, pedir deseos para esperar que otros usuarios te los conceda o encontrar el trueque idóneo.
El Wallapop gratuito
Basta que descargues Gratix (disponible para Android y para iPhone) y crees tú propia cuenta de usuario para comenzar a funcionar en esta aplicación. Los pasos son sencillos y están guiados. Una vez dentro, tras introducir nuestro código postal y pinchar en Descubre, podremos ver una cuadrícula con los objetos que se ofrecen cerca de nuestra ubicación. Es un sistema muy reconocible para los usuarios de aplicaciones como Wallapop, con una primera sección de productos destacados y, después, los que están cerca de ti.
Fotos grandes que muestran estos productos, y de los que podemos saber más con solo pinchar sobre alguno de ellos. Es aquí donde se puede leer una descripción del objeto, la cual, en el caso de Gratix, suele estar acompañada de alguna razón. Y es que la temática de esta aplicación suele contar con estos toques de cercanía y empatía entre usuarios. Una sencilla explicación de lo que significa el objeto. O un perfil detallado del usuario al que se quiere regalar y un porqué. Son algunas de las cosas que podemos ver. Por supuesto también se indica el estado del producto y se le introduce en una temática, en caso de que se quiera buscar por esta.
También podemos ver el área en el que se ofrece el producto. Un mapa con una marca circular que nos ayuda a entender, aproximadamente, dónde podemos quedar con el otro usuario para recibir el regalo.
Y ya está, si algo nos interesa nos ponemos con el usuario y le explicamos por qué lo queremos. En sus manos está que nos lo de o no.
En el caso de ser tú mismo el que quiere regalar cosas y/o librarse de ellas, siempre puedes pulsar en el botón + y elegir la opción Regala. Aquí podrás hacer una foto al objeto y darle la descripción que desees. Y ya está, a esperar a que te pidan ese regalo. Podrás escoger al candidato o candidata que más te interese.
Los puntos y el karma
Si has llegado hasta aquí, con una mentalidad abiertamente consumista que no vamos a juzgar, te habrás planteado varias situaciones en la cabeza. ¿Qué ocurre si una persona solo recoge regalos en Gratix? ¿Y si alguien quiere aprovecharse con trueques en la aplicación?
Pues bien, el creador de Gratix, antiguo trabajador de Google, ha implementado dos sistemas de seguridad. Por un lado están los puntos, que es una especie de moneda con la que poder llevar a cabo las interacciones con el resto de usuarios. Están relacionados con el karma, que es este segundo sistema. Es algo así como el prestigio. Si llevas a cabo regalos y son valorados positivamente, recibes un nuevo rango y más puntos para seguir participando en la aplicación. Si al final eres un usuario cazagangas que solo busca enriquecerse o hacerse con productos gratis, acabarás sin puntos y sin opciones.
¿Deseos o usuarios caraduras?
Pero no solo existen regalos dentro de Gratix. También están los Deseos. En este caso, el usuario de Gratix que quiera puede pedir algo a la comunidad. Un producto concreto, que desee que le regalen. Sí, así de libre y gratuito. Es por ello que, en la sección de Deseos, puedes encontrarte con numerosas peticiones de todo tipo. Algunas que nada tienen que ver con necesidades ni el espíritu de la aplicación, y sí mucho con todo lo contrario: el materialismo.
Claro que también hay peticiones de otros tipos. El único inconveniente es que necesitarás puntos para que cumplan tus deseos.
