Antes de entrar en materia en lo que es la noticia en sí, vamos a explicarte qué es eso de ‘ataque DDoS‘ que has leído en el titular y que puede que no sepas lo que es. Un ataque DDoS (las siglas de ‘Denegación de Servicio Distribuido) tiene como finalidad la de dejar inutilizado un servidor determinado mediante la saturación del ancho de banda o agotando los recursos del sistema que hace que funcione. Durante el transcurso de un ataque DDoS se envían multitud de solicitudes a un mismo sitio, a la vez, desde distintos puntos de la red. De este modo, la página web queda inhabilitada, con todo lo que ello conlleva para la empresa propietaria.
Telegram y la censura en China
Pues bien, la aplicación de mensajería Telegram está sufriendo un ataque DDoS en China, país cuya capita asiste a una multitudinaria manifestación contra una nueva ley que sometería a la ciudad a una represión brutal por parte del gobierno. Y Telegram se ha convertido en una herramienta esencial de los manifestantes, al ser un servicio encriptado y con mayor medidas de seguridad que otras como WhatsApp. El ataque comenzaba ayer sobre las 5 de la tarde del miércoles, hora de Hong Kong. Un ataque, además, que no solo afectaba al país chino, como se puede leer en el tuit oficial emitido por la propia empresa.
We’re currently experiencing a powerful DDoS attack, Telegram users in the Americas and some users from other countries may experience connection issues.
— Telegram Messenger (@telegram) June 12, 2019
Los servidores de Telegram comenzaban así a recibir toneladas de solicitudes basura, impidiendo al servicio procesar las que eran legítimas. La propia compañía explica el ataque usando un simil curioso:
«Imagínese que un ejército de lemmings acaba de saltarse la cola en McDonald’s delante de usted y cada uno está ordenando un whopper. El servidor está ocupado diciéndole a los lemmings que vinieron al lugar equivocado, pero hay tantos que el servidor ni siquiera puede verte para tratar de tomar tu orden»
Una serie de ataques que vienen de lejos
Al parecer, es habitual que estos ataques coincidan con movimientos y marchas a favor de los derechos humanos en el país asiático. Hace cuatro años, por ejemplo, China comenzaba una campaña de represión contra los abogados encargados de casos en los que se defendían los derechos humanos. La versión web de Telegram fue bloqueada en los servidores de varias ciudades como Beijing, Shenzhen y Yunnan. Según el periódico estatal China Daily, dichos abogados usaban la aplicación de Telegram para atacar al gobierno del país.
Los abogados usaban la función de ‘chat secreto‘ de Telegram, a través del cual los mensajes se autodestruyen pasado un tiempo, como ocurre con las Stories de Instagram, y así no dejan rastro ni información alguna que pueda servir de prueba contra los participantes de la conversación.
Otros ataques DDoS hacia Telegram se pueden haber originado en las aplicaciones de la competición como Line o Kakao Talk. En 2014, Telegram recibió un éxodo masivo de usuarios coreanos a su aplicación debido a la censura que padecían, impidiendo comunicarse libremente. Al final, todos los ataques DDoS tienen el mismo fin: la censura.
El jefe ejecutivo de Telegram no tiene ninguna duda acerca del caracter represivo de estos ataques DDoS:
«Los ataques, en su gran mayoría, corresponden a direcciones IP localizadas en China. Todos los ataques DDoS en los que el envío de basura ha sido extremo (200-400 GB por segundo) coincidían, en el tiempo, con manifestaciones en China en contra de la represión del estado hacia sus ciudadanos.»