whatsapp seguridad eeuu

La tecnologí­a y la justicia no parecen pasar por su mejor momento, al menos en Estados Unidos. Y es que el caso del FBI contra Apple, en el que tratan de acceder al iPhone del terrorista de San Bernardino para investigarlo sin que la protección del terminal se lo permita, está dando mucho que hablar. ¿Es la privacidad individual más importante que la seguridad nacional? Ahora es WhatsApp la aplicación que está en el ojo del huracán, o al menos en el ojo del Departamento de Justicia estadounidense, ya que su seguridad impide las escuchas. ¿Conseguirán que sus responsables creen una puerta trasera para que jueces y otras autoridades conozcan todos nuestros secretos… por el bien común?

La información llega desde el rotativo The New York Times, quien publicase este pasado fin de semana información acerca de las intenciones del Departamento de Justicia norteamericano para llevar a cabo escuchas en la famosa aplicación de mensajerí­a. Y es que un juzgado habrí­a dado luz verde para llevar a cabo esta recopilar esta información en un caso que, en esta ocasión, no estarí­a relacionado con el terrorismo. El problema reside en la protección de WhatsApp. Más concretamente en su encriptación. Una seguridad que no puede saltarse y que impedirí­a el correcto desarrollo de la investigación judicial.

Según las fuentes anónimas del rotativo, los oficiales federales habrí­an estado “discutiendo cómo proceder en una investigación criminal en la que un juez federal ha aprobado una intervención telefónica, pero los investigadores fueron bloqueados por la encriptación WhatsApp”. Posiblemente, las autoridades federales planteen la misma estrategia vista entre el FBI y Apple, en la que se solicita la creación de un software o programa especial (puerta trasera) para acceder a cierto terminal para llevar a cabo la intervención o el pinchado de las conversaciones. Sin embargo, las diferentes partes implicadas parecen no estar dispuestas a comentar nada acerca de este asunto.

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Ahora bien, la encriptación o seguridad de WhatsApp plantea otros problemas. Estas barreras fueron creadas en 2014 para Android (a partir de verano de 2015 también para iPhone) aplicando una tecnologí­a de cifrado de usuario a usuario de la compañí­a Open Whisper System. Es decir, sólo el interlocutor puede conocer el contenido de los mensajes, dejando fuera de la ecuación también a la propia WhatsApp y sus servidores. Ante este planteamiento, WhatsApp no almacena ningún contenido de las conversaciones. Y aunque así­ fuera, tampoco podrí­a descodificar la información y acceder al contenido. Algo que le ha llevado a tener recientes problemas con la justicia brasileña, que le solicita constantemente información acerca de ciertas personas vinculadas con el tráfico de drogas, sin que WhatsApp pueda ofrecer información alguna, ya que no dispone de ella.

Los responsables de WhatsApp y de Facebook, la empresa propietaria, ya han demostrado su apoyo a Apple, apostando por la privacidad y seguridad de la tecnologí­a que desarrollan. Mensajes a través de la red social Facebook de Jan Koum (WhatsApp) y Mark Zuckerberg (Facebook) que afirman poner en riesgo a todas las empresas y usuarios si se crea una de estas puertas traseras para sus sistemas y servicios. Algo que para las autoridades estadounidenses, incluyendo su presidente, Barack Obama, es un claro problema en materia de seguridad nacional.