La seguridad y privacidad de los contenidos sigue siendo uno de los temas más candentes entre los usuarios de aplicaciones de mensajería. Y es que, después de los escándalos de espionaje, los numerosos casos de robo de información y la transmisión de lo que deberían ser secretos pero acaban siendo vox populi, siempre cabe la duda de qué herramienta tiene más barreras y seguridad para proteger todo lo que se transmite. Una pregunta que también se ha hecho la EFF (Electronic Frontier Fundation o Fundación de la Frontera Electrónica en español), por lo que ha decidido analizar y poner cara a cara las diferentes aplicaciones y servicios de mensajería.
Para ello ha fijado varios puntos de referencia que pueden ser medidos en estos servicios y que están relacionados con las buenas prácticas y la seguridad en el envío de contenido. Puntos como la encriptación de los mensajes, si el proveedor del servicio puede acceder al contenido que los usuarios envían y reciben, si es posible acceder al contenido pasado conociendo la clave, si se puede verificar la identidad de los contactos con los que se habla, si la aplicación posee código abierto para revisar su funcionamiento, si la seguridad del sistema está correctamente documentada y, finalmente, si la aplicación ha sido auditada por algún equipo de seguridad externo. Detalles que ayudan a saber el grado de seguridad que ofrecen y que, sorprendentemente, son características que las aplicaciones más famosas no poseen.
Por tanto, si atendemos a estas razones y nos fijamos entre el grupo de aplicaciones más famosas, encontraríamos que iMessage, la herramienta de mensajería exclusiva de Apple, es la más segura. Aunque no posee código abierto para ser analizada, ni permite la identificación de los contactos, pero sí cumple con el resto de puntos planteados por la EFF. Le sigue de cerca su prima-heramana FaceTime, la aplicación de videollamadas de Apple, con los mismos puntos débiles.
Pero ¿qué sucede con WhatsApp, Facebook Messenger o Hangouts? Al parecer, las grandes compañías no han apostado por aplicar las máximas medias de seguridad en estos servicios. De hecho, estas tres herramientas, a pesar de ser las más extendidas, sólo poseen el encriptado de sus mensajes durante el envío, además de haber sido auditadas por empresas de seguridad para confirmar su funcionamiento. Detalles que pueden quedarse cortos ante un ataque con el fin de robar información o interceptar comunicaciones. Por no hablar del tema del espionaje gubernamental y otros puntos en los que tampoco pueden proclamarse como las más seguras.
A este respecto, la aplicación Telegram, bien conocida por sus chats secretos, sí queda algo mejor parada en el esquema realizado por la EFF. Y es que cuenta con varias medidas de seguridad más, aunque son detalles como no haber sido auditada de forma externa. Sin embargo, su encriptación y ante la falta de casos conocidos de robos de información, es, junto a iMessage y Facetime la aplicación más segura del momento en las plataformas móviles.
Lo curioso es que la EFF lista en su tabla, la cual ha publicado en su página web, otra serie de aplicaciones y servicios de mensajería que sí cumplen todos los puntos de seguridad analizados. Herramientas que, sin embargo, son poco menos que desconocidas para los usuarios y que, por tanto, no ofrecen la utilidad de WhatsApp, sabiendo que ahí se encontrará a todos los usuarios. Sin embargo, son útiles para transmitir información secreta con menos riesgos de ser interceptada por terceros.