freaking math

Porque no sólo es divertidos eliminar caramelos hasta la saciedad, existe una gran variedad de juegos casuales con toda clase de temáticas, incluso centrados en los números y las matemáticas. Es el caso de Freaking Math que sigue la estela de los juegos de moda planteando un reto extremadamente difí­cil pero sencillo de entender, lo que consigue convertirlo en toda una adicción para el usuario más competitivo. Todo ello potenciando el uso del cálculo y la agilidad mental.

Se trata de un juego de matemáticas de lo más sencillo en concepto. La idea es acertar con un simple golpe de vista si la ecuación o problema mostrado en pantalla es correcta o no. Algo que puede descifrarse en apenas unos segundos. Y es que Freaking Math no ofrece precisamente más que unos sencillos segundos para pulsar sobre la uve verde o la cruz roja según la respuesta del usuario. Así­ continua y frenéticamente, los problemas se van sucediendo hasta que el jugador falla, siendo necesario volver a empezar.

freaking math

Un concepto realmente sencillo pero de lo más complejo a la hora de llevarlo a la práctica. Y es que el ritmo del juego es realmente abrumador, con apenas un segundo para poner a funcionar el cerebro y hacer el cálculo mental necesario para confirmar que el resultado de la operación vista en pantalla es correcto o no. Una ecuación que, conforme se van superando niveles, se van complicando con número más altos. Y es que es posible empezar sumando cifras sencillas e ir elevando hasta números de varias cifras. Todo ello sin liarse a la hora de pulsar uno u otro botón, algo bastante probable dada la velocidad de las partidas.

Sin embargo, esto es precisamente lo que hace de este tí­tulo un juego realmente divertido. Su dificultad obliga al jugador a superarse en cada partida y buscar conseguir el mayor número de aciertos posibles. Una fórmula que desde la llegada del famoso Flappy Bird parece estar funcionando realmente bien con los juegos casuales. Al menos durante las primeras partidas. Junto a una mecánica complicada hay que hablar del diseño como otro de los puntos sobresalientes de Freaking Math.

El juego es sencillo y apuesta por mostrar los elementos de forma clara en pantalla. Lo curioso es que cada operación se presenta con una nueva tarjeta de color, consiguiendo un buen dinamismo y vistosidad durante las partidas. Cuestiones que no afectan en ningún momento a la jugabilidad, que sigue siendo ágil tras la presentación de cada operación. Todo ello teniendo en cuenta los grandes botones en pantalla.

Un punto extra es la posibilidad de registrar el récord máximo de problemas bien resueltos y compararlo con el de amigos y otros jugadores de este tí­tulo que guarden su puntuación. En definitiva, un juego divertido y ágil para los usuarios con un cerebro prodigioso para el cálculo matemático y que, además, sean rápidos en reflejos. Lo mejor de todo es que Freaking Math está disponible tanto para Android como para iOS y Windows Phone. Se puede descargar gratis a través de Google Play, App Store y Windows Phone Store.