La fama no sólo trae cosas buenas a una aplicación. Buena cuenta de ello puede dar la propia WhatsApp que, tras haber conseguido ser la herramienta de mensajería más extendida en todas las plataformas y con mayor número de usuarios activos, también ha logrado llamar la atención de ciberdelincuentes y estafadores que utilizan esta aplicación como plataforma para sus crímenes. Cuestiones que van desde esas cadenas de mensajes que incordian a través de las conversaciones grupales, hasta otras formas de llegar a estafar dinero de los usuarios por su despiste o aprovechándose de su desconocimiento. Por no hablar de aquellos fraudes que buscan la captura del incauto al ahondar en la curiosidad, el cotilleo y el morbo. Aquí reunimos cinco de esos fraudes que han conseguido llevarse a cabo a través de WhatsApp.
1. Te estoy hablando por WhatsApp. Dime si te llegan mis mensajes.
Se trata de uno de los fraudes que buscan captar la atención del usuario para que contesten inocentemente al número 25565. Y es que, al responder a este mensaje de texto SMS el usuario acababa suscribiéndose a un servicio Premium o de pago de alta tarificación. Un engaño que se aprovechaba del desconocimiento y buena voluntad de los usuarios de WhatsApp y cuya mejor medida es evitar responder, haciendo caso omiso a este y otros mensajes que no provengan de números de teléfono conocidos.
2. Fraudes por querer cotillear conversaciones de WhatsApp ajenas
Uno de los casos más sonados de fraude a través de WhatsApp tiene sello made in Spain. Se trata de la supuesta aplicación WhatsApp Spy. Una herramienta que consiguió llamar la atención de los usuarios al ofrecer leer las conversaciones de sus contactos de forma anónima. La realidad era bien distinta, consiguiendo el número de teléfono del usuario, en teoría para desbloquear y activar la aplicación, pero con el verdadero motivo de suscribirle a un servicio Premium. Un fraude que se saldó con la detención del creador de la falsa aplicación espía, quien logró recaudar más de 40.000 euros de usuarios demasiado curiosos.
3. Error de seguridad de la propia aplicación WhatsApp
La propia herramienta de mensajería ha sido duramente criticada por no tratarse de la aplicación más segura a pesar de ser la más extendida. Uno de esos fallos descubiertos puso en jaque la seguridad de los usuarios al permitir captar y conocer la ubicación de los usuarios al enviar esta mediante la aplicación. Algo que afortunadamente no tardó en solucionarse mediante una actualización. De ahí la importancia de mantener la herramienta siempre actualizada a su última versión.
4. Bulos acerca de la privacidad de WhatsApp tras su compra por parte de Facebook
La noticia de la compra de WhatsApp por parte de Facebook no sólo sirvió para erizar los pelos de los usuarios más celosos de su privacidad. Y es que las noticias acerca del espionaje, la dudosa reputación de esta red social y la intimidad crearon alarma y bulos innecesarios. Entre ellos cadenas de mensaje avisando de que era necesario realizar todo tipo de procesos sin sentido para conseguir sellar a cal y canto la aplicación de mensajería. Incluso mensajes de desprestigio que animaban a dejar de utilizar WhatsApp para siempre. De nuevo, bulos que no hacen más que crear una alarma innecesaria.
5. El mensaje por WhatsApp del mismísimo Mark Zuckerberg
Algunos de estos fraudes y estafas han llegado a ser de lo más originales y ridículos. Tanto como para hacer creer que el mismo Mark Zuckerberg, creador de Facebook, escribiría un mensaje en un poco correcto castellano para informar acerca de problemas de usuarios tras la compra de WhatsApp. Un mensaje que, además, llamaba a compartir el contenido con toda la agenda para poder activar la aplicación de mensajes de nuevo. Una clara señal de la búsqueda de viralidad a través del miedo, desconocimiento y desconfianza del usuario. Y es que no es necesario compartir todo lo que llega, utilizando el sentido común y analizando las señales para descubrir si se trata de un bulo o una alerta real. Algo que, seguramente, Zuckerberg haría saber al usuario de una forma oficial, por vías más serias y directas, y no mediante el reenvío de algún familiar o amigo.