La compañía Google se enfrenta a una demanda en Estados Unidos por los criticados y temidos pagos dentro de las aplicaciones. Un problema que no es noticia por primera vez y que parece no estar resuelto tras los diferentes casos que han salido a la luz en los que un menor, sin consentimiento paterno, ha logrado cargar costes a las cuentas bancarias de sus padres tras descargar una aplicación gratuita que contenía este tipo de contenidos.
Se trata de una demanda colectiva de padres estadounidenses que han sufrido en sus carteras la falta de protección a la hora de realizar compras en algunas aplicaciones. Y es que el pleito acusa directamente a Google de no ofrecer barreras tan sencillas como una contraseña eficiente para evitar este tipo de trastadas y acciones que no siempre se realizan de forma consciente. De hecho, en la nota de prensa publicada por el bufete de abogados encargado de llevar el caso, Berger y Montague, afirman que estos contenidos están pensados para ser adictivos e inducir a la compra de añadidos una vez se ha probado la mecánica.
Al parecer el caso que originó esta demanda es la denuncia de una mujer que pagó 65,95 dólares tras una partida de su hijo al juego Marvel Run Jump Smash a través de su tableta. Y es que los videojuegos son las principales aplicaciones que han abrazado el modelo freemium, ofreciendo partidas gratuitas pero con contenidos adicionales que hay que comprar dentro de la aplicación para lograr avanzar, superar algún punto o simplemente mejorar la experiencia de juego. Cuestiones que están relacionadas con las cuentas bancarias de los padres y tutores a través del propio terminal y que en ocasiones incurren en altos costes.
Así, la demanda afirma que no sólo son contenidos que inducen a la compra de nuevos añadidos, sino que estos elementos suelen agruparse en grandes cantidades que en ocasiones alcanzan y superan los 100 dólares en una misma compra. Todo ello sin que exista una protección verdaderamente efectiva ante estas prácticas. Y es que aunque sí es necesario establecer una contraseña a la hora de comprar y descargar una aplicación, no lo vuelve a ser en un periodo de 30 minutos. Tiempo más que suficiente para que los infantes realicen algún tipo de cargo adicional de forma inconsciente o no. Todo un peligro para los padres más descuidados.
Este caso recuerda inevitablemente al acuerdo al que la compañía Apple llegó el año pasado y por el que tuvo que devolver 24 millones de dólares a los padres que habían sufrido los pagos dentro de las aplicaciones sin haber dado un consentimiento explícito. Y es que en el caso de dicha demanda había quien logró alcanzar la mareante cifra de 2.600 dólares tras comprar de forma compulsiva contenidos de un juego o aplicación. Ahora habrá que esperar para ver si Google decide llegar a algún tipo de acuerdo y acatar las peticiones de esta demanda para ofrecer más protección a los usuarios. Algo que no sea simplemente informar acerca de que un juego o aplicación disponga de compras in-app o dentro de la aplicación antes de descargarla.