Ya había sido anunciado y, aunque se trataba de una medida a medio plazo parece que la publicidad en Instagram está a punto de llegar. Y es que después de tres años ofreciendo su servicio de red social y filtros de fotografía, y con más de 150 millones de usuarios en su haber, toca empezar a recoger los frutos o a hacer dinero. Cuestión que se comenzó a concretar desde su compra por parte de Facebook y que, según parece, ya tienen más que afinada para comenzar a introducir en forma de anuncios.
Por ello han utilizado su blog oficial para ofrecer algunos datos de cómo será esta publicidad en la red social de fotos y vídeos más extendida y conocida. Y sí, finalmente serán los anuncios de publicidad los que se harán pasar por fotografías de la propia Instagram. Un formato diseñado para no alterar la estabilidad de la red social ni su diseño, tratando de ofrecer contenidos valiosos para los usuarios. Algo que suena bien sobre el papel, pero que habrá que esperar para ver si es realmente así de sutil o, por el contrario, acaba convirtiéndose en una práctica intrusiva por parte de las marcas.
Instagram comenzará a introducir anuncios publicitarios en los próximos meses. Aún en forma de prueba o experimento y, por el momento, sólo en los Estados Unidos. Así, los usuarios de dicho país podrán toparse de forma “ocasional” con imágenes de cuentas a las que no siguen. Cuentas que, por supuesto, pertenecen a marcas y empresas que han pagado por llevar esa imagen o vídeo a los muros de los usuarios. Eso sí, siempre respetando los valores artísticos y estilísticos que predominan en esta red social.
Y es que Instagram busca que los contenidos de su red social, aunque sean imágenes y vídeos publicitarios, se muestren de forma natural. Todo ello sin abrumar al usuario en cantidad, afirmando que serán pocos los anuncios insertados en el muro, y siempre con una alta calidad y un claro concepto de belleza. Cuestiones que las propias marcas ya llevan un tiempo realizando en esta red social, incluso sin necesidad de pagar por ello, cuando lo que se buscaba en Instagram era posicionamiento, imagen y contacto con los posibles clientes.
Además, junto con la introducción de publicidad, Instagram quiere ofrecer control a los usuarios. Así, cuando una imagen o vídeo promocionado no sea del agrado del usuario, éste dispondrá de la opción de ocultarlo de su muro e incluso reportar cualquier comentario o pensamiento por lo que le desagrada. Cuestión que es de agradecer, tanto por parte del usuario como de la propia Instagram y la marca propietaria del anuncio, quienes podrán cambiar y mejorar para los próximos contenidos.
En definitiva, un tipo de publicidad que busca no resaltar en el timeline del usuario, o al menos no ofrecer la distracción que un banner de publicidad en una página de Internet. Sin embargo no deja de ser una intromisión en un espacio que el usuario ha hecho propio siguiendo a otras personas y recopilando fotografías y vídeos de su agrado. Por el momento parece ser sólo un acercamiento previo al sistema de monetización de Instagram. Habrá que esperar para ver si los estadounidenses reaccionan bien hacia este formato, y para ver cuándo llegará al resto de países.