comparativa instagram vine cinemagram

Ahora que por fin se ha confirmado y han llegado los ví­deos a la conocidí­sima Instagram, cabe preguntarse qué aplicación de las actuales disponibles es la mejor para grabar y distribuir ví­deos. Y es que la guerra por las redes sociales de ví­deos no ha hecho más que empezar, presentándose diferentes alternativas para crear distintos contenidos audiovisuales. Aquí­ queremos dar a conocer las diferentes armas de cada una de ellas para que sea más sencillo escoger una u otra según las necesidades del usuario. Por ello queremos poner cara a cara a Instagram, Vine y Cinemagram y analizarlas detalle a detalle a continuación. Todas ellas disponibles completamente gratis en las plataformas iOS y Android.

Formato de ví­deo

Lo primero que hay que tener en cuenta es que no todas estas aplicaciones producen el mismo tipo de ví­deos. Empezando por Instagram hay que decir que permite contenidos de un total de 15 segundos, aunque pueden ser más breves. Estos ví­deos pueden tener diferentes tomas ya que, con sólo dejar de pulsar el botón la grabación se para, pudiendo retomarla desde cualquier otra perspectiva y realizar todas las tomas que se desee hasta completar esos quince segundos. Además, estos ví­deos recogen el audio o sonido ambiente y no se reproducen tipo loop o bucle a través del muro de la aplicación.

Por su parte, Vine permite al usuario captar momentos en un ví­deo de tan sólo seis segundos. Duración que puede ser extremadamente corta para algunos usuarios, pero que junto a la reproducción tipo bucle, sin fin, permite contenidos realmente adictivos y atractivos. Ví­deos que, como un carrusel, cuesta dejar de ver. Todo ello con la posibilidad de parar la grabación y cambiar de escena o plano. Además, desde hace varias semanas, esta aplicación también permite capturar el sonido en los ví­deos, pudiendo silenciarlo si se desea con sólo pulsar sobre el icono del altavoz en la esquina del ví­deo o vine.

Cinemagram, por su parte, recoge un espectro mucho más amplio de formatos de ví­deo, permitiendo una duración máxima de seis segundos. Del mismo modo que las otras dos permite la composición diferentes escenas seguidas con el sistema de pulsar para grabar y parar soltando la pantalla. Unos ví­deos que también contienen audio. Sin embargo, en cuanto a formato Cinemagram se desmarca permitiendo no sólo la reproducción tipo bucle, sino una reproducción de final a inicio y viceversa. Consiguiendo también contenidos cómicos y cuyo visionado resulta entretenido y adictivo.

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Edición

Como decimos, las tres aplicaciones permiten crear ví­deos compuestos de diferentes tomas, a pesar de no poder ordenarlas o cambiar su posición. En este aspecto sobresale Instagram que, a pesar de no poder dar solución a esta cuestión, sí­ ofrece la posibilidad de eliminar los diferentes tramos o tomas individualmente, aunque por orden de grabación. Algo que evita tener que comenzar a grabar todo desde cero o perder momentos que no se repetirán por no haber captado bien la toma. Además, esta herramienta cuenta con los conocidos filtros para cambiar el aspecto final. Concretamente dispone de trece tipos diferentes de filtro para dar un toque clásico o simplemente diferente antes de publicar y compartir el ví­deo. Un punto extra es que el efecto se aplica en tiempo real, sin necesidad de de esperar más que un segundo para ver cómo quedará dicho filtro. Como dato casi anecdótico cabe decir que, además, permite elegir el fotograma de portada del ví­deo tras seleccionar el filtro. Un mero trámite que da un toque de distinción a los ví­deos.

Vine, por su parte, es la aplicación más pobre en este aspecto. No permite ningún tipo de edición. Su grabación debe ser realizada del tirón, con diferentes tomas, pero sin poder mezclarlas, borrarlas o aplicarles algún efecto después.

En el aspecto de edición Cinemagram también sobresale por la cantidad de efectos disponibles para aplicar. Así­, una vez acabada la grabación basta con pulsar el botón superior llamado Fx para desplegar sus herramientas. Con ellas es posible cambiar el formato del ví­deo, acelerarlo al gusto del usuario, aplicar hasta quince filtros diferentes y la posibilidad de crear una máscara para conseguir un ví­deo donde sólo una parte tiene animación mientras que la otra se queda estática.

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Extras

Como puntos extras, todas estas aplicaciones disponen de una caracterí­stica que las hace únicas en sí­ mismas. Algo que bien puede ser la clave para que el usuario se decida por una u otra, o por no renunciar a ninguna. En el caso de Instagram sobresale la función Cinema. Una caracterí­stica que permite eliminar el movimiento de los ví­deos. Ese efecto de grabación casera que se produce al grabar mientras se anda o se está en movimiento. Así­, junto a los filtros, basta con pulsar el botón Cinema para corregir el temblor y lograr una grabación con aspecto más profesional.

Por su parte, Vine cuenta con la integración en los tweets o mensajes de la red social Twitter. A pesar de que esta aplicación cuenta con su propio muro, poder distribuir y publicar estos hipnóticos ví­deos en un mensaje de la red social de los 140 caracteres es todo un punto extra para dar visibilidad a los vines del usuario. Y es que ninguna de las otras dos herramientas lo permite, pudiendo sólo compartir un enlace que lleva a una página web donde ver el contenido en el caso de Instagram y Cinemagram.

Por su parte, Cinemagram posee el antes comentado efecto máscara o cinemagrafí­a. Una función que consigue curiosos resultados efecto GIF para crear animaciones controladas, pausando la reproducción de partes de la pantalla para crear un efecto sorprendente como la jarra de agua que vierte a un vaso sin que se termine nunca el lí­quido elemento, por ejemplo. Además, existen usuarios que publican ví­deos de todo tipo no grabados con la aplicación pero distribuidos a través de su servicio de red social.

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Conclusiones

A pesar de que la guerra por el ví­deo parece feroz, por ahora se encuentra en sus primeros pasos, con herramientas muy diferenciadas según lo que busque el usuario. Y es que, lo bueno de estas herramientas es poder descargarlas y probarlas todas sin necesidad de desembolsar ni un euro, tan sólo con la paciencia para crear una cuenta de usuario.

Quizá, en esta etapa inicial, sea Instagram quien lleve ventaja al poseer una base de 130 millones de usuarios en todo el mundo, además de un sistema sencillo y cómodo para crear ví­deos bonitos y con cierto acabado profesional (por aquello de Cinema). Sin embargo, Cinemagram es la que más posibilidades de edición permite, con sorprendentes resultados gracias a la función Mask (cinemagraph). Por su parte, Vine se lleva la fama por ser un producto de Twitter (adquirido, no creado) y la posibilidad de tener una plataforma de distribución más amplia y cómoda, aunque todas ellas también permiten publicar en Facebook, la hasta ahora red social más multitudinaria. Aunque, como crí­tica, también habrí­a que decir que Vine es la más lenta, llevando varios y largos segundos finalizar el proceso de grabación.

Habrá que ver por cuál se deciden los usuarios y qué herramienta consigue generar los contenidos más espectaculares o, al menos, virales.