whatsapp

Que la fama no sólo trae cosas buenas es algo que el equipo de WhatsApp ya ha descubierto hace mucho tiempo. Y es que, junto al gran número de usuarios de esta herramienta de comunicación, también han llegado cientos de aplicaciones para aprovecharse del éxito de Whatsapp y de la curiosidad de quienes la usan. Herramientas que no siempre cumplen aquello que ofertan y que, en ocasiones, se valen de la ingenuidad del usuario para extender rumores, robar datos o incluso cargar costes a la factura del teléfono. Pero, ¿cómo evitar estos timos? A continuación te damos unas claves.

Lo primero de todo es tener en cuenta qué alcance tiene WhatsApp. Se trata de una aplicación para smartphones y sólo para smartphones, por lo que las ofertas para utilizar o mandar mensajes a través del ordenador deben ser miradas con lupa y mucho escepticismo. Mucho más aquellas que ofrecen conocer las conversaciones de otros usuarios, cuestión que, por otra parte, como recordó hace unos dí­as la cuenta oficial de Twitter de la Policí­a Nacional, es delito. Por ello, lo principal es utilizar el sentido común y evitar esos servicios fraudulentos que existen alrededor de WhatsApp pero que no están relacionados con ellos.

whatsapp espí­a

Uno de los servicios de espionaje de WhatsApp más conocidos actualmente es WhatsApp Spy, que actúa del mismo modo que WhatsApp Hacker, otra de las susodichas. En ambos casos se trata de programas de ordenador de dudosa procedencia. Supuestamente están creados para ser descargados, instalados y ejecutados en el ordenador, desde donde introducir el número de teléfono de la persona a la que se quiere espiar. Tras pulsar el botón y esperar pacientemente, su supuesta lista de contactos aparece en pantalla, pudiendo ojear sus conversaciones con total libertad. O eso es lo que se supone que hacen.

Sin embargo, la realidad es bien distinta. Y es que son herramientas que se encuentran circulando por Internet a través de páginas poco fiables que, no precisamente por casualidad, están repletas de publicidad abusiva. Es más, los usuarios que se atrevan a buscar estas herramientas se encontrarán con numerosas páginas web en las que se solicita ingresar el número de teléfono para acceder a la descarga, logrando así­ ser suscritos a un servicio de coste que, finalmente no ofrece la descarga del programa de espionaje en cuestión.

http://youtu.be/LsI1GyMAbOM

Hay que saber que WhatsApp no almacena las conversaciones de los usuarios en sus servidores (Internet). De hecho, los chats quedan almacenados en copias de seguridad en el propio terminal, lo que supone la necesidad de saltarse innumerables barreras de seguridad además de contar con que el usuario espiado se encuentre conectado a Internet para acceder a toda esta información. Cuestiones que los programas y aplicaciones de espionaje no llegan a realizar, ni mucho menos. Su negocio es la publicidad en las páginas web desde donde supuestamente se descargan estos programas, captando al usuario incauto y, con suerte, logrando que pinche en unos cuantos anuncios o introduzca su número de teléfono para poder suscribirlo de forma más o menos voluntaria a algún servicio Premium.

Por todo ello, repetimos: lo principal es utilizar el sentido común. A pesar de los fallos de seguridad de WhatsApp no todo el mundo puede espiar y conocer los historiales de otros usuarios. Basta con alejarse de este tipo de herramientas no oficiales, no utilizar las conexiones WiFi abiertas y demasiado transitadas y, sobre todo, contener la curiosidad.