Parece que a Facebook y a cualquier otra compañía que se le ocurra actualizar su aplicación de forma automática y silenciosa se les ha cortado el grifo. Y es que Google ha decidido limitar esta práctica modificando los términos de uso o normas para los desarrolladores de aplicaciones, obligando a cargar dichas actualizaciones, mejoras y cambios en la plataforma Google Play. Una cuestión que bien puede estar provocada por la actitud de la red social respecto a incluir mejoras, o con el fin de proteger a los usuarios de smartphones y tabletas con sistema operativo Android de aplicaciones infectadas.
Al parecer, el mes pasado Facebook sorprendió a muchos usuarios con una inesperada notificación. Se trataba de una ventana que informaba sobre una actualización disponible que ya se había descargado en el terminal y que requería la confirmación del usuario para ser instalada. Todo ello a través de la propia aplicación de Facebook. Algo que resultaba bastante irritante por la constante notificación, pero que también supone saltar los controles de Google. Una cuestión que se supone sin importancia viniendo de esta red social, pero que podría resultar peligroso si otros deciden hacerlo.
Y es que, utilizar la plataforma Google Play no sólo supone encontrar toda clase de aplicaciones a través de una herramienta donde se las encuentra ordenadas, donde se puede consultar las listas de las más descargadas o que permiten una instalación cómoda. Se trata también de una cuestión de seguridad, ya que Google lleva a cabo procesos de análisis para asegurarse de que las aplicaciones aquí publicadas actúan de forma correcta y son seguras para el usuario, evitando aquellas que contienen virus o un funcionamiento deficiente. Prueba de ello fue la reciente eliminación de más de 60.000 aplicaciones de Google Play en pos de la calidad.
Así, ha decidido ampliar las exigencias a los desarrolladores, incluyendo una nueva cláusula en las normas de uso que especifica claramente lo siguiente: Una aplicación descargada desde Google Play no debe modificar, reemplazar o actualizar su propio APK utilizando cualquier método de actualización diferente a Google Play. O lo que es lo mismo, las aplicaciones de Google Play no pueden modificarse o actualizarse por otro medio que no sea el que propone la plataforma de Google. Con ello, todas las aplicaciones alojadas en este mercado quedan obligadas a cargar y lanzar sus actualizaciones a través de Google Play.
Esto implica el sistema habitual por el que un usuario recibe una notificación en la barra superior informándole de que existe una actualización disponible para una o varias de las aplicaciones instaladas en su dispositivo, y no a través de la propia aplicación. Así, sólo queda pulsar sobre dicha notificación o acceder a la sección Mis aplicaciones dentro de Google Play para realizar el proceso de actualización, pudiendo conocer cuáles son los permisos que solicita esa herramienta y cuáles los cambios que llegarán con ella. Añadiendo, claro está, la seguridad de haber sido filtrada por Google.