China está en plena revolución social. Prueba de ello son las constantes y multitudinarias manifestaciones que están invadiendo las calles de Hong Kong. Autopistas y plazas repletas de ciudadanos que piden más democracia para el país. Para poder organizarse utilizan las redes sociales y aplicaciones de mensajería. WeChat, LINE o WhatsApp son las grandes herramientas de mensajería en el mercado asiático, así como otras redes sociales. Pero ¿qué hacer cuando el gobierno es capaz de vetar el acceso a algunos de estos servicios como ya ha ocurrido con la red social Instagram? La respuesta ha llegado de manos de la aplicación FireChat.
Y es que esta herramienta de mensajería cuenta con un curioso planteamiento para evitar depender de conexiones a Internet para su funcionamiento. De tal forma, FireChat es capaz de funcionar incluso sin conexión, permitiendo enviar y recibir mensajes a través de otras conexiones diferentes como el Bluetooth o la tecnología WiFi Direct. Cuestiones que le han convertido en la herramienta perfecta para estas manifestaciones multitudinarias donde el Gobierno chino tiene potestad para abrir o cerrar el grifo a placer respecto a Internet.
La característica especial de esta aplicación permite a los manifestantes ponerse en contacto directo, en grupo y sin depender de otros servicios que pueden ser censurados. Todo ello sabiendo que la red de la aplicación y de contacto se extiende en los lugares donde los usuarios estén próximos entre sí, sin que exista una gran distancia entre ellos, aprovechando cada terminal como punto de conexión con el siguiente usuario. El único problema que plantea el uso de esta aplicación es que no es completamente anónima, siendo necesario registrar una dirección de correo electrónico y un nombre de usuario para empezar a utilizarla. Por ello su creador sugiere que los manifestantes utilicen motes y nombres falsos si deciden aprovechar esta herramienta.
Según el medio BBC, más de 100.000 personas se han unido al servicio de FireChat en menos de 24 horas. Lo que supondría un usuario nuevo por segundo. El problema de no utilizar Internet y los propios servidores de la aplicación es que no se ofrecen datos oficiales conocidos de la cantidad de personas que lo usa activamente cuando trabaja sin conexión. Sin embargo, su creador ha confirmado que las conversaciones grupales a través de Internet de este servicio han sumado más de 800.000 usuarios en el último día. Un crecimiento sin precedentes.
Con esta aplicación los usuarios se comunican y planifican manifestaciones sabiendo que, tras desconectarse de la red, estas conversaciones desaparecen. Y no sólo eso, sino que una vez en el lugar acordado, los usuarios pueden utilizar sus propios dispositivos para estar en contacto en el mismo lugar sin la intervención ni espionaje del Gobierno chino. Todo ello sin perder de vista las protestas que llevan a cabo para pedir un sufragio universal y más herramientas de democracia para toda China. Algo en lo que la tecnología y, más concretamente una sencilla aplicación, está teniendo mucho que ver.
