Aunque España empezó a probar esta función durante el verano, ahora las videollamadas de Tinder se expanden a todo el mundo y para todos los usuarios. Y es que, en tiempos de pandemia, mejor evitar poner la salud en riesgo por una mala cita cuando puedes quitarte el trámite directamente en la aplicación. De manera virtual. O sí, también para lo que estás pensando: sexting consentido. La cuestión es que la función está ahí, pero ¿sabes cómo utilizarla?
Lo primero para poder hacer una videollamada en Tinder es actualizar la aplicación a su última versión. Si no lo haces es posible que esta función no aparezca en las conversaciones con tus ligues. Así que pásate por Google Play Store o por la App Store para asegurarte de que no hay ninguna nueva versión disponible para descargar.
Lo segundo, como no puede ser de otra manera, es conseguir un match. Y sí, puede ser difícil, pero una vez que lo tienes y empezáis a hablar ya podréis poneros en contacto gracias a esta fórmula de videollamada. Una videocita con la que hablar en tiempo real y veros las caras. Tal y como sucedería por WhatsApp, Zoom o cualquier otra plataforma con esta herramienta, pero con una diferencia muy clara: el consentimiento explícito.
Y es que no solo sirve con tener un match. Al pulsar sobre el icono de la cámara verás que aparece una ventana emergente en el que configurar previamente esta herramienta. Y lo más importante: ofrecer tu opinión sobre esta vía de comunicación. Si no das tu consentimiento y la otra persona tampoco, la función no podrá llevarse a cabo. Es decir, que igual que los matches, ambos usuarios tienen que estar dispuestos a realizar la videollamada.
Tras deslizar el botón para confirmar que no te importaría mantener una videollamada con el interlocutor, aún queda un paso más. Se trata de la habitual concesión de permisos de control de cámara y micrófono a Tinder para poder llevar a cabo la videollamada en el aspecto técnico. Y, tras pulsar el botón Permitir, solo queda llevar a cabo esta función.
Eso sí, es importante saber que, aunque tu marques tu icono de cámara, la otra persona no sabrá que lo has hecho. Ninguna notificación avisará sobre si activas o desactivas la función. Así que resulta más útil hablarlo y elegir, de manera mutual, cuándo llevar a cabo la videollamada. Y, en ese momento, activar la función dando el consentimiento por cada parte. Recuerda que también puedes retirarte de la videollamada o desactivar la función en cualquier momento.
Con ello empieza la llamada, y se lleva a cabo como cualquier videollamada al uso visto en otras aplicaciones. Claro que siempre atendiendo a las normas de uso que propone Tinder. Una vez que se cuelgue la videollamada Tinder preguntará a cada participante si ha ocurrido algún error para crear un informe sobre la calidad de la misma. Así puedes colaborar tanto en la mejora del servicio como en cualquier tipo de reporte hacia la otra persona si se ha comportado de forma poco cívica o sin seguir las normas de la compañía.
De esta manera, con las videollamadas lanzadas a nivel global tras varios meses de prueba en diferentes países, los usuarios gold ya pueden no solo entablar conversaciones con personas de otras partes del mundo, sino conocerse en vivo y en directo mediante videollamada. Sin importar la distancia o la diferencia horaria. Eso sí, siempre remarcando la voluntad de ambas partes para conocerse. Y es que Tinder defiende fuertemente el sentido del consentimiento, y es algo que hay que agradecer.