La peor broma que puedes gastar en Instagram

El mundo se puede dividir en dos tipos de personas: los que gastan bromas y los que las sufren. Y dentro del primer grupo, que los hay que gastan bromas muy pesadas y otros más ligeras, están los que caen en su propia trampa. El típico ‘cazador cazado’, un acto de justicia poética, el karma que llega cuando debe de llegar y pone a cada uno en su lugar. Y de eso os vamos a hablar en esta ocasión, de una supuesta broma a través de la cual podríamos cambiarle el nombre de usuario de Instagram a un tercero… cuando en realidad nos lo estábamos cambiando a nosotros mismos.

El cazador cazado: la broma de Instagram que se vuelve contra ti

Según explica la información vertida en el sitio web de Genbeta, el truco mediante el cual podríamos cambiarle a alguien el nombre de usuario se hacía de este modo.

Primero, elegíamos a la víctima y nos cambiábamos nuestro nombre por el suyo. Pero ojo, no el nombre de usuario (lo que va después de la arroba) sino el nombre de usuario o ‘Username’ en la pantalla de edición de perfil, que es lo que todos vemos en las cuentas de los demás y en la nuestra propia. El supuesto bromista cambiaba su nombre por el de la víctima porque, de este modo, cambiaríamos su nombre de perfil. Pero aquí no acababa la broma, hay un segundo paso.

broma instagram

Luego, volveríamos a cambiar nuestro nombre por otro, el proceso debíamos hacerlo dos veces. Y claro, el bromista no iba a elegir algo bonito que poner, sino todo lo contrario, algo sumamente ofensivo, para que la otra persona se quedara con ese nombre sin que pudiera hacer nada. Cuando, en realidad, eran ellos quienes se iban a quedar con ese bonito insulto.

¿Y por qué el cazador iba a quedarse con ese nombre durante dos semanas? por las políticas de Instagram. La red social no permite realizar más de dos cambios de nombre en 14 días, por lo que su tarjeta de presentación a todos los seguidores pasaría por ser algo tremendamente vulgar y ofensivo. Al final, el bromista, creyendo que iba a salirse con la suya, acabó probando de su propia medicina, quedando en evidencia delante de todo el mundo y revelándose como, primero, una persona que gusta de ese tipo de artimañas y, segundo, como alguien que se cree todo lo que le dicen por Internet. Así que cuidado con las bromas que gastáis, porque os puede salir rana.