Instagram se pone serio. Actualmente, la red social de fotografía donde habitan los influencers más importantes del mundo dgital exhibe músculo frente al ciberacoso, las noticias de odio y las fake news (en nuestro idioma, las noticias falsas de toda la vida). Pues bien, nos vamos a detener en este último punto.
Instagram y las ‘fake news’: aún queda mucho por recorrer
Las ‘fake news’ son un problema real. Tienen tanto poder que pueden instaurar nuevas presidencias, a través de un entramado propagandístico que se nutre de nuestros datos personales, como ocurrió en el caso de Camdbridge Analytica. Es por ello que las redes sociales deben tomar partido frente a este problema y adoptar una conducta de no tolerancia. Pero sin pasarse. Y aquí es donde tenemos el problema. La ayuda humana es limitada cuando se trata de luchar contra el contenido no deseado y las noticias falsas y necesita del algoritmo de Inteligencia Artificial para detectarlos. Y no es un método infalible, castigando en ocasiones a quien no lo merece.
Cuidado con el Photoshop en tus fotos de Instagram
Este algortimo de Inteligencia Artificial también se apoya, para detectar contenido sospechoso de infringir las condiciones de Instagram, en los reportes de los usuarios. Unos reportes que pueden ser lícitos o no, basándose más en intereses creados o en la pura envidia hacia un determinado usuario. Un nuevo escollo para convertir la comunidad de Instagram en una comunidad sana y fortalecida. ¿Qué está ocurriendo, entonces, en esta nueva etapa de lucha contra las ‘fake news’? pues que puede existir la probabilidad de que te eliminen una fotografía ‘demasiado’ retocada con Photoshop o con cualquier otro programa. Y da igual que la fotografia sea un retrato y nos hayamos pasado con el efecto belleza, o una imagen retocada para hacerla pasar por ‘irreal’ (el arte no tiene por qué imitar a la vida).
Lo ha denunciado el fotógrafo Toby Harriman a través de su cuenta personal de Facebook. Mientras paseaba por su feed o de fotografías en la red social se encontró conque una de sus imágenes había sido cubierta con un filtro borroso, procedimiento que utiliza Instagram para advertir de contenido falso o que puede herir la sensibilidad del usuario. La imagen que fue censurada dista mucho de herir la sensiblidad pero también se aleja bastante mostrar ‘la realidad’ tal y como es. Se trata una bella estampa de montañas que, debidamente retocadas, aparecen coloreadas de forma fantástica e irreal.
Instagram tiene sobre la mesa un verdadero problema, ya que no puede distinguir, en estos momentos, si cierto material es falso con malas intenciones (por ejemplo, un retoque de rostro para humillar a una persona, un montaje en el que se vean muchos más manifestantes de los que, en realidad, hubo, para agrandar su éxito) o, simple y llanamente, se trata de una obra sin más pretensiones que la de poner en relieve una determinada corriente artística. ¿Acaso un cartel de cine en el que se vean planetas y alienígenas del espacio exterior es ‘falso’? De momento no hay constancia de vida inteligente fuera de nuestro planeta. Y dentro, la que hay, en ocasiones no es tan cercera como debiera.
Fue en agosto del año pasado cuando Instagram actualizó sus normas para combatir la información falsa. Numerosos expertos consideran que Instagram es una de las herramientas más potentes para manipular al usuario, parece hacerle pensar de una manera determinada para conseguir propósitos concretos. Y todo gran poder conlleva una enorme responsabilidad.
