El drama de los incendios provocados en el Amazonas ha servido para llevar a cabo todo tipo de campañas y propuestas de reforestación. Una que está triunfando entre los usuarios de Internet es la que propone Ecosia. Un navegador de Internet, al estilo Google, que en vez de destinar sus ganancias por publicidad a la generación de aplicaciones o a la riqueza de sus creadores, lo hace para reinvertirlo en la reforestación del planeta. Algo que está convenciendo a millones de usuarios en todo el mundo.
La idea es cambiar Google por Ecosia. Solo hay que descargarse su aplicación para Android o iPhone. De esta manera seguiríamos navegando por Internet y realizando nuestras búsquedas de manera habitual. Claro que sin los servicios extra de Google como las recomendaciones, su publicidad, sus letras de canciones en tarjetas, sus apartados de vídeos, etc. A cambio usaríamos el motor de búsqueda de Ecosia con sus resultados, apoyados por el buscador de Microsoft, pero también con apartados para vídeos y su propia publicidad. Es decir, que la experiencia solo cambia sutilmente, con los añadidos de una u otra empresa, pero no en el núcleo de su funcionamiento: buscar páginas y navegar por Internet.
La enorme diferencia viene dada por los beneficios de la publicidad que se incluye en las búsquedas. En Ecosia afirman usar este dinero para reforestar el planeta. Es decir, gastan los ingresos concebidos por los anuncios publicitarios en mano de obra, árboles y la replantación de estos por todo el mundo. ¿Su misión? Evitar el cambio climático gracias al CO2 que son capaces de recoger y transformar en oxígeno los árboles. Claro que para ello hay que usar esta aplicación en el móvil o el buscador en el ordenador.
Reforestando mientras buscas por Internet en datos
El sistema es sencillo. Cuando usas Ecosia para buscar cualquier web, te encuentras con publicidad entre los resultados. Enlaces que han pagado por aparecer en los primeros puestos de estos resultados, justo de la misma manera que sucede con Google. Si pinchas en ellos se genera dinero. Si no lo haces al menos estarás dando visibilidad a la plataforma. Pues bien, estos ingresos van a parar a la compra de árboles y a la mano de obra que los planta.
Ecosia calcula que cada 45 búsquedas de un usuario genera el dinero suficiente para plantar un árbol. Y parece que cada vez hay más personas usando Ecosia. Eso sí, no todo el dinero se usa en la reforestación. Según sus números, alrededor del 80 por ciento de los ingresos se destinan a este fin solidario. Algo lógico ya que se necesita mantenimiento de la plataforma, por lo que parece que el 20 por ciento restante se quedan en Ecosia.
Según el propio navegador, en el momento de redacción de esta noticia, ya hay un total de 65.544.215 árboles plantados gracias a los usuarios de este peculiar navegador de Internet. Parece haber alcanzado tanta fama que solo requiere de 0,8 segundos para sumar un nuevo árbol plantado al planeta. Y es que se calcula que ya hay 8 millones de usuarios activos en este navegador.
Calculando el número de árboles plantados y el coste que Ecosia paga por cada uno de ellos, se entiende que la plataforma ya ha destinado más de 9.101.152 euros a este fin por todo el mundo. Según su web, Ecosía ayuda a más de 20 proyectos para plantar árboles en 15 países: Perú, Brasil, Madagascar, Nicaragua, Haití, Colombia, España, Marruecos, Senegal, Burkina Faso, Ghana, Etiopía, Uganda, Kenia, Tanzania, e Indonesia.
Pero ¿es fiable?
Según Ecosia, las búsquedas que realizas a través de su navegador de Internet están protegidas para que nadie más sepa qué te interesa o qué visitas en Internet. Algo que solo una auditoría de seguridad podría confirmar. Eso sí, afirman aplicar el modo incógnito para evitar cualquier filtración de información fuera de tu móvil.
En cuanto a sus proyectos, a través de su página web, presentan mensualmente un informe de gastos e inversiones. Todo ello para justificar tanto la compra de árboles con sus respectivas facturas, así como informar de todos los gastos intermedios que existen en la reforestación, como la mano de obra.