Aunque Google Play Store nunca ha sobresalido como el repositorio de aplicaciones más seguro, pocos son los casos en los que una herramienta o servicio sobrevive demasiado tiempo infectando móviles Android. Ahora salta una nueva alarma, pero no relacionada con el malware, sino con la mala gestión de los límites de edad y el tipo de contenido enfocados a los más pequeños. Han descubierto 36 juegos clasificados como PEGI3 cuyos contenidos estaban repletos de violencia y de características no apropiadas para los más pequeños.
El hecho ha sido reportado por la publicación Wired UK, quienes han investigado e informado a Google sobre el hecho. En su reporte 36 aplicaciones con armas, matanzas de zombies e incluso mutilación de osos panda están publicadas como PEGI3. Se trata del sistema de valoración de contenidos por edades de Europa (Paneuropean Game Information), cuyo valor PEGI3 indica que son aptas para todas las edades. También se han topado con otras 16 aplicaciones de dudoso valor para los más pequeños al contar con funciones de trackeo o geolocalización, así como apuestas y compras integradas en la aplicación.
El problema en la pésima valoración de estas aplicaciones y juegos reside en que los contenidos pasan cualquier filtro de edad en los controles parentales que los padres pueden ejercer sobre los dispositivos de los más pequeños. Así, cualquier menor puede ponerse a los mandos de una ametralladora para acabar con sangrientos y desfigurados zombies, o realizar operaciones dentales de lo más escabrosas a osos panda. Todo ello con la supuestamente segura supervisión tanto de Google como de los preocupados padres.
¿Quién valora estos juegos y aplicaciones?
En este aspecto entra en juego la permisividad de Google a la hora de publicar contenidos en su tienda de aplicaciones. Algo que les ha llevado a la palestra informativa más de una vez por problemas de este tipo o relacionados con malware. En primer lugar es el propio desarrollador quien especifica qué tipo de contenido está publicando. Para ello Google se apoya en el sistema PEGI, pero éste solo consiste en un sencillo formulario que el propio desarrollador completa a la hora de subir su aplicación o juego a Google Play Store. En definitiva, es el propio desarrollador quien decide cómo catalogar su aplicación, pudiendo saltarse estas barreras casi a placer.
En segundo lugar, PEGI revisa los videojuegos físicos para asegurarse de que la edad recomendada es acorde a los contenidos de los mismos. Pero parece que no hace lo propio con los contenidos puramente virtuales de Google Play Store, atendiendo a lo sucedido. Claro que Google también escurre el bulto. La compañía de Mountain View cuenta con algoritmos y sistemas de análisis que no cumplen como deberían. A diferencia de la App Store, que cuenta con un equipo humano y sistemas más restrictivos, Google solo usa ordenadores. Algo que le resta fiabilidad al sistema y que permite que, eventualmente, se cuelen aplicaciones peligrosas.
¿Por qué calificar un juego para todos los públicos?
Según medios como Xataka, calificar aplicaciones y juegos como títulos para adultos puede restringir la visibilidad del contenido. Es decir, impedir que aparezca entre títulos populares o en las secciones de recomendaciones. Sin embargo, un juego PEGI3, apto para todos los públicos, se enfrentaría a menos limitaciones en Google Play Store.
Más visibilidad significa más descargas e instalaciones. Y, a su vez, más publicidad vista y reproducida y, por tanto, más dinero para los desarrolladores. Una técnica que podrían haber estado explotando los desarrolladores de juegos como Drive Die Repeat, con más de 100.000 descargas, o Mad War Zombies, con más de 10.000. Ambos dos, juegos con gore y violencia que han logrado superar las barreras de Google. Mientras, Google se lleva el 30 por ciento de los beneficios de estas aplicaciones. Por supuesto los juegos ya han sido reevaluados y algunos de ellos excluidos de Google Play Store.
