En el año 2013 Facebook adquirió Onavo, una startup israelí cuya aplicación estaba enfocaba en reducir el uso de datos, aunque tiempo después se centró en proteger la privacidad. Lo cierto, aunque suene irónico, distintos informes han ido dando pistas a lo largo del tiempo de que Onavo hacía justamente lo contrario: espiar a usuarios. De hecho, desde 2016, Facebook habría estado pagando a usuarios entre 13 y 35 años por instalar Facebook Research (actualmente Onavo Atlas), un VPN que permitía a la plataforma tener información de toda la actividad web, y que se creó gracias a la compra de esta compañía isralí. El estudio ha traído como consecuencia que Facebook la retire de la Google Play, algo que ya hizo Apple de la App Store el pasado mes de agosto.
Jóvenes y adultos podían acceder a Facebook Research por medio de un formulario. Una vez registrados recibían el archivo de instalación para iOS o Android, y seguidamente un pago de hasta 20 dólares al mes (unos 17 euros al cambio). Esta cifra podía aumentar, ya que era posible obtener una cantidad de 10 dólares por cada referido, por lo que, tal y como sostienen algunos usuarios, permitía recaudar algunos meses más de mil dólares.
Lo que se pretendía con estos pagos era conseguir datos privados, usando como gancho este VPN a cambio de dinero. Datos como el intercambio de mensajes privados, archivos descargados o, incluso, el historial de navegación. La polémica va más allá, ya que este servicio no solo aceptaba a mayores de edad, también a menores, niños de solo 13 años. Asimismo, la aplicación de Onavo Atlas advertía que en el caso de que la aplicación se instalara en el dispositivo móvil de un menor, el padre o la madre serían recompensados de la misma forma que si fueran adultos.
La respuesta de Facebook una vez que saltó el escándalo fue que, según datos del programa Research, menos del 5% de usuarios de la plataforma eran menores. Sin embargo, la apropiación indebida de datos privados es evidente. Ahora Facebook, sin Onavo como método poderoso de investigación de mercado, lo tiene un poco más complicado.