¿Estás del todo seguro del uso que hacen las aplicaciones de tus datos personales? ¿Tienes la menor idea de qué permisos has dado y qué otros no sobre la información a la que tienen acceso las apps que usas? Puede que no. Y un estudio lo demuestra.
Una investigación publicada por un estudio de seguridad ha confirmado que hay un total de 24 aplicaciones para iOS, localizadas en la App Store de Apple, que enviaron datos sobre la ubicación de los usuarios a 12 empresas diferentes, cuyo propósito es el de comercializar datos de ubicación sin que los usuarios tengan la menor idea de que esto sucede.
Las 24 aplicaciones detectadas fueron encontradas al azar, habiendo tomado una muestra aleatoria. Esto significa que del total de aplicaciones contenidas en la App Store, puede haber muchas otras que también estén recopilando datos de ubicación de los usuarios y los estén vendiendo a otras empresas con fines de lucro. El medio The Guardian ha señalado, además, que estas aplicaciones estarían conectadas a un buen número de medios, propiedad de compañías como Sinclair, Tribune Broadcasting, Fox y Nexstar Media.
De qué aplicaciones estaríamos hablando
En este caso, todas las aplicaciones detectadas formarían parte de la App Store, de modo que solo estaríamos hablando de apps para iOS, el sistema operativo de Apple.
Algunas de estas aplicaciones estarían vinculadas a los servicios de meteorología, pero también a un rastreador de actividad física. En principio, aluden en sus condiciones del servicio, que usan los servicios de ubicación para ofrecer la funcionalidad principal de la herramienta. Sin embargo, hay otras aplicaciones que solo usan la ubicación de los usuarios para proporcionarles anuncios más interesantes. Los usen para lo que los usen, lo que está claro es que en sus condiciones de uso no se explicita que usarán esos datos para compartirlos con terceros.
Algunas de estas aplicaciones habrían conseguido y compartido información sobre el acelerómetro, el identificador de publicidad único en iOS, los porcentajes de carga de la batería, el código del país de la red del móvil y el código de red móvil, el nombre de la red, la altitud y la velocidad del GPS o indicaciones sobre el tiempo de llegada y salida de un lugar. Estos datos, a la vista está, pueden proporcionar información muy valiosa sobre la vida, comportamiento y acciones de los usuarios.
¿Qué pueden hacer los usuarios?
Si bien lo más seguro será desinstalar esas aplicaciones de inmediato, lo que parece evidente es que no todas las apps que venden la ubicación de los usuarios han podido ser identificadas. De hecho, parece que pueden ser muchas más las que facilitan este tipo de información a terceros sin haber advertido antes ni tener el consentimiento de los usuarios.
El caso es que para evitar que estos datos sean transmitidos, bastaría con desactivar la localización GPS por completo. Existe, por otra parte, la posibilidad de limitar el seguimiento de anuncios en la configuración de privacidad del propio sistema operativo. Pero lamentablemente, hay otras tecnologías que sirven (incluso más que el GPS) para determinar la ubicación de los usuarios sobre el mapa. Nos referimos a las redes WiFi, al Bluetooth Low Energy (BLE), capaces de proporcionar la geolocalización con suma precisión.
Dejar de transmitir informaciones como estas desactivando estos servicios impediría el normal funcionamiento del teléfono, para acceder a otros servicios fundamentales para el usuarios de cualquier smartphone, lo que nos indica que los usuarios, en realidad, están bien atados de pies y manos.