En este mundo hay gente para todo, lo sabemos bien. En multitud de ocasiones hemos visto noticias escandalosas sobre personas que quieren parecerse a sus ídolos y que por ello, no dudan en someterse al bisturí. Quieren parecerse a Michael Jackson, a Barbie, a Ken, a David Beckham o a Angelina Jolie. El resultado del antes y el después es una mezcla entre lo patético y lo sórdido, pero qué le vamos a hacer. Si a ellos les gusta, que cada loco siga con su tema.
Hoy tenemos que prestar atención a un nuevo fenómeno que se da entre adolescentes y que parece señalar, una vez más, el camino de la humanidad hacia el desastre. Por si no estuvieras al día, tenemos que contarte que la nueva moda entre los jóvenes de hoy pasa por operarse para tener una cara a imagen y semejanza de sus filtros favoritos en Snapchat. Se trata de una tendencia que los médicos ya han definido como ‘preocupante’ y que ha sido confirmada por el doctor Neelam Vashi, director del Ethnic Skin Center en el Boston Medical Center.
Para definir esta locura adolescente, el médico ha usado el término ‘Disforia de Snapchat’, con el objetivo de acotar esta tendencia como trastorno mental de aquellas personas que, por una razón u otra, viven patológicamente preocupados por su aspecto físico.
Quieren ser bellos permanentemente
Estos adolescentes, obsesionados con su rostro y con los filtros de WhatsApp a partes iguales, tienen un grave problema. Y por eso se han convertido en protagonistas de la Revista de Cirugía Plástica Facial de la Asociación Médica de Estados Unidos.
Los expertos consideran que estos chicos y chicas tienen completamente alterada la percepción de la belleza. Algunos filtros de herramientas como Snapchat les permiten afinar su rostro, conseguir que se vean más blancos y hacer que tengan unos ojos más grandes y unos labios más carnosos. Ya no se ven de otra manera: quieren tener estos filtros eternamente y por eso piden operarse para lucirlos en sus carnes para siempre.
Los adolescentes se encuentran en una etapa especialmente crítica. Su obsesión por los defectos, tanto en el cuerpo como en el rostro, se agudizan. Pero lo que antes era un simple complejo de nariz grande o labios demasiado finos, ahora se ha convertido en una verdadera obsesión por las imperfecciones.
Quieren eliminar los granos, hacer desaparecer las pecas, blanquearse la piel, afinarse el rostro o ponerse colorete permanente. Esta obsesión por las pequeñas cosas los ha llevado a aplicarse los filtros de manera enfermiza, no solo en Snapchat, sino también en la vida.
Aumentan las peticiones para mejorar su rostro en los selfies
Según esta academia médica, en 2017 el 55% de los médicos atendieron a personas que querían lucir mejor en los selfies. Se trata de un 13% más que en el año anterior. Así, en lugar de atender las consultas típicas de aquellos que tienen algún complejo razonable, ahora los médicos reciben peticiones para tener el mismo rostro que si se hubieran aplicado el filtro de las mariposas o el de la corona con flores.
El efecto que consiguen los filtros de Snapchat tiene que ver con la simetría de los rostros, que hace que a nosotros – con nuestra particular concepción de la belleza – nos veamos más guapos y guapas. Así, también hacen desaparecer las arrugas, suavizar el aspecto del rostro y eliminar cualquier atisbo de imperfección.