clash of clans

Clash of Clans ha sido uno de los fenómenos de juegos en lí­nea para móvil que desde su lanzamiento en 2012 ha contribuido a catapultar el género hacia una industria multimillonaria, con exitosas imitaciones y continuaciones como el Clash Royale. Ahora, el Clash of Clans es noticia por ser baneado en Irán tras un estudio psicológico encargado por el Departamento de Justicia iraní­.

El juego, ambientado en una época pseudo-medieval indeterminada, relata las luchas de distintos clanes por el control del territorio, algo que debe de sonarle mucho a las autoridades de Irán, un paí­s que ha sido testigo de luchas interminables entre distintas etnias y tribus. Tal vez por eso acusan al juego de»incitar a la violencia tribal» y ser «extremadamente adictivo«, y prohí­ben su uso y su descarga terminantemente.

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Se repite la historia de Pokémon Go

Alguien podrí­a buscar auténticas razones sociopolí­ticas a esta prohibición como un caso puntual en el que se ha malinterpretado o exagerado el contexto de un videojuego, si no fuera porque hace apenas seis meses, en agosto exactamente, la historia se repitió: Pokémon Go, sin duda el juego más mediático del año, fue también prohibido en verano tras el veredicto del Consejo Supremo de Espacio Virtuales en Irán, quien afirmó de una manera poco precisa que el juego suponí­a un problema para «la seguridad de sus ciudadanos».

Las sanciones relacionadas con el uso de este videojuego no están claras, pero hay que recordar que Irán no se caracteriza por tener una justicia laxa ni proporcional, ejecutando a un millar de personas al año por una gran variedad de causas. Sorprende de ese modo que se condene la violencia en un videojuego con dibujos animados en un paí­s donde la violencia está legitimada y normalizada.

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Se conocen casos de usuarios que han burlado la censura a través de servidores extranjeros, pero no eran casos especí­ficos de aplicaciones móviles, así­ que nos faltan datos para conocer el éxito de «la resistencia» a las decisiones del gobierno iraní­. Un 64% de los usuarios de juegos móviles en Irán juegan a Clash of Clans, con lo que es posible que haya una cierta animadversión a esta medida, de la que tampoco se conoce si será definitiva, temporal o sujeta a algún tipo de condición.

Las verdaderas razones de esta prohibición en Irán nunca verán la luz, aunque suponemos que existe un motivo oculto que tiene que ver con la cultura del ocio digital del paí­s, o simplemente por la apertura de miras que supone el uso de plataformas online. La red de redes no despierta simpatí­as en los regí­menes dominados con puño de hierro, y es que la libertad de expresión no se demanda hasta que no se conocen opiniones distintas de las propias o las ‘oficiales’. Internet, ya sea mediante redes sociales o juegos en lí­nea, es una grieta por la que se escapa la luz de la libertad, y por ello, lo más probable es que más juegos se unan a esta desdichada lista en el futuro.