¿Cómo de genial sería tener una ropa de deporte que hiciese las veces de entrenador personal, como si de una gigantesca aplicación que te cubriese el cuerpo se tratase? Pues deja de soñar porque la compañía Athos lo ha hecho realidad. Acaba de lanzar al mercado un conjunto especial deportivo que es, a su vez, un entrenador personal que se ajusta a tus necesidades más imperiosas.
Veamos un poco más en detalle como funciona esta revolucionaria prenda.
El Athos contiene diferentes sensores que analizan cómo funcionan tus músculos mientras practicas el ejercicio. Toda esta información es transmitida a una aplicación web específica que, mediante un diagrama, te explica cada movimiento ejercido. Los datos que transmite la ropa y sus sensores son esenciales: te dice en cada momento si estás haciendo más esfuerzo en un músculo que en otro (saltando a la comba, por poner un ejemplo).
El invento surgió de la necesidad: dos estudiantes de la Universidad de Waterloo en Ontario, Dhananja Jayalath y Christopher Wiebe querían sacar más provecho de su entrenamiento físico pero sin tener que gastar un dinero extra en entrenadores personales. Así fue como idearon este conjunto con sensores electromiográficos que podría incluso ser más preciso que un preparador físico.
Aunque en la actualidad Athos sea una inversión que, a la larga, pueda ser inferior que su alternativa humana, el coste de este traje es elevado: $700 para la versión masculina de camiseta y shorts y $350 para los leggings de chica. Aún así, la empresa está investigando nuevas formas de hacer más asequible la prenda así como nuevos complementos que sigan el espíritu de la prenda principal.
Se acercan las navidades y ya muchos están pensando en los kilos que van a ganar y en cómo van a perder peso luego. Así somos: en lugar de disfrutar lo que venga e intentar controlarnos y no atiborrarnos, ya estamos preocupados por los kilos que aún no tenemos y que no tenemos por qué ganar. A eso se le llama poner la tirita antes que la herida. Y nos pasa a todos. Una verdad como un templo.
Si eres de los que se preocupan por su peso y está apuntado a un gimnasio (y va con regularidad) sabrá que la opción del entrenador personal está allí. Es muy atractiva la opción de tener a alguien a tu lado ese par de horas que estás en el gimnasio, dándole duro, solo para ti, con un entrenamiento deportivo específico a tu anatomía y a los kilos que te sobran. Pero hay un principal problema, el económico. No todos podemos permitirnos un entrenador personal. De hecho, es un lujo que muy pocos pueden permitirse.
Athos marca así un antes y un después en el mundo de los reparables, diciéndonos bien alto y claro que no tenemos por qué ceñirnos a dispositivos pequeños o portátiles como los smartwatches o pulseras de actividad. Quién sabe si con el Athos podrá peligrar la figura del entrenador personal. Esperemos que no y que ambos vivan en plena cordialidad.