Aquellos que se han estremecido alguna vez con el roce de un alga en la playa no deberían jugar a Hungry Shark Evolution. Y es que este salvaje título de tiburones donde poder zampar todo lo que hay fuera y dentro del agua, no hace ningún bien a aquellos que temen a estos animales. Todo un divertimento para acabar con las horas muertas atemorizando a bañistas y al propio reino animal subacuático. Diversión, entretenimiento y algo de sangre son los elementos básicos de este juego.
En Hungry Shark Evolution los jugadores toman el papel de un escualo ávido de comida. Tal es su hambre que no duda en arrasar con algas, crustáceos, peces, otros tiburones, bañistas, medusas, barcos, e incluso minas acuáticas. Nada es suficiente para saciar al animal, siempre y cuando el jugador sea capaz de encontrar todo este alimento antes de que el animal muera de hambre. Algo que mantiene la tensión durante toda la partida, pero que resulta especialmente hilarante y algo sádico en algunas situaciones donde la sangre y los pedacitos de otros seres acaban flotando en el agua.
La idea es sencilla, y repite las mecánicas de otros juegos clásicos en los que hacer crecer al personaje comiendo cada vez objetos más grandes. Lo primero es escoger uno de los tiburones disponibles, pudiendo desbloquear hasta 12 escualos de lo más variopintos y a cada cual más fiero. Cada uno cuenta con un aspecto diferente, aunque lo realmente interesante son sus habilidades de rapidez, mordida y potencia. Cualidades que se pueden desarrollar si se dispone del dinero necesario, claro está.
A partir de este momento el jugador dispone de un enorme mapa de juego repleto de playas, fondos marinos y unas cuantas cavernas por las que perderse. Con sólo pulsar sobre la pantalla y deslizar el dedo, el usuario controla al tiburón en cualquier dirección. Eso sí, suena más fácil de lo que parece. Y es que cada escualo cuenta con sus capacidades y control, y no siempre resulta ágil y fácil girar para alcanzar todos los objetos que se quieren devorar.
En el escenario existen toda clase de elementos, tanto vivos como inanimados. Así, el tiburón puede nadar por la superficie para hacerse con peces, bañistas y alguna gaviota (también saltar hasta el espacio), o sumergirse hasta lo más profundo. Una barra de hambruna marca el nivel de vida que le queda al animal, siendo necesario no reducirlo en ningún momento si no se quiere acabar la partida. Además, para que el juego no resulte aburrido y repetitivo, siempre es posible cumplir con las diferentes misiones que se plantean, escudriñando todo el escenario para recoger ciertos objetos, acabar con grandes animales o comer ciertos elementos. Eso sí, cada vez aparecen enemigos más poderosos como submarinos con torpedos, capaces de acabar con nuestra vida en apenas un par de disparos.
En definitiva, un título hilarante gracias a los efectos de sonido y las diferentes situaciones. Y es que el tiburón es capaz de engullir minas pero, sin embargo, se intoxica con los residuos vertidos en el lecho marino. En cualquier caso, un divertimento para invertir muchas horas gracias a los objetos desbloqueables con los que decorar el aspecto del tiburón o sus habilidades. Pero lo mejor es que Hungry Shark Evolution está disponible de forma gratuita tanto para móviles Android como para iOS. Se puede descargar desde Google Play Store y App Store, aunque con compras integradas.