En el mundo de las aplicaciones para móviles ha quedado claro que la gratuidad es toda una ventaja para los desarrolladores que quieren dar a conocer su herramienta a un gran público. Y es que, a priori, los usuarios no están dispuestos a rascarse el bolsillo por un contenido que no es tangente, aunque pueda ser realmente útil para su día a día. Quizá por ello han triunfado las compras integradas, permitiendo adquirir mejoras y más contenidos una vez que se ha probado la aplicación. Eso no quita que existan aplicaciones de pago. Algunas de ellas bastante caras debido a su especialización o a su valor por la escasez de alternativas. Un precio que en la tienda Google Play Store tenía techo, pero que ahora permite aplicaciones mucho más caras.
Y es que Google ha actualizado su rango de precios en todo el mundo, sorprendiendo por ampliar notablemente este margen al alza. Es decir, permitir que los desarrolladores establezcan un precio que puede ser hasta el doble de caro que el actual. Eso sí, los precios han fluctuado según diferentes mercados, aunque todos ellos permitiendo incrementar el coste. Así está ahora la tabla de precios:
En Europa, las aplicaciones de pago pueden costar entre 50 céntimos y 350 euros. Una cantidad más que sorprendente, que supera en 150 euros más el anterior límite impuesto por Google. Claro que es difícil encontrar aplicaciones con este precio, resultando más actual ofrecer la aplicación de forma gratuita, pero cobrando un servicio con un coste mensual más comedido, o con compras integradas. Dentro de Europa hay que señalar el caso de Reino Unido, que en su caso ha pasado de 150 a 300 libras, que al cambio suponen algo más de 400 euros.
En Estados Unidos el aumento también es notable. Así, han pasado de un techo de 200 dólares, hasta los 400 dólares. Algo que supera los 350 euros de la mayoría de países europeos.
Si atendemos al mercado asiático, encontramos que Corea del Sur también ha aumentado el techo del precio de las aplicaciones un buen tramo. De esta forma, ha pasado de los 220.000 a los 450.000 wones surcoreanos, que se aproximan en valor a los 350 euros.
En el mercado suramericano, por su parte, encontramos datos de aumento como el de México, que pasa de 2.500 a 7.500 pesos mexicanos (más de 400 euros), o Brasil, que da el salto desde los 500, a los 1.500 reales, que también ronda el mismo valor del precio máximo visto en Europa.
En definitiva, un salto de lo más notable que sorprende por no responder a las políticas y prácticas actuales. Y es que resulta difícil conseguir que los usuarios paguen antes de utilizar una aplicación, siendo los sistemas freemium o free-to-play los más habituales, aprovechando los contenidos adicionales o la publicidad para conseguir ingresos. Eso sí, muchos de estos contenidos pueden suponer un cargo importante en la tarjeta de crédito del usuario. Algo que ahora crece el doble o incluso el triple. Una seña de que el negocio móvil también está creciendo, pero también del posible aumento de las compras integradas y los precios de éstas en las aplicaciones de la plataforma Android.