Las redes sociales ya no son algo que queda para una parte reducida de la población. Son una ventana al mundo de las personas que están detrás de ellas. Un lugar donde conocer mejor a esas personas, descubrir su entorno y disfrutar de los contenidos que comparten, que no es ni más ni menos que parte de su personalidad. Pero ¿qué pasa con todo ese contenido cuando la persona que lo administra fallece? En el caso de Facebook es posible eliminar toda esa información, o bien dejar un perfil conmemorativo y gestionado por una persona legada a la que se haya dejado en herencia dicha cuenta. A continuación te contamos cómo.
En Facebook existen dos formas para transformar un perfil en conmemorativo. Una de ellas es a posteriori, tras el fallecimiento del usuario. En dicho caso, es necesario solicitar a Facebook que transforme el perfil del usuario, sin que nadie pueda administrar sus contenidos y solicitudes de amistad. La otra forma es que el propio usuario, antes de su fallecimiento, solicite que su perfil quede en modo de recuerdo. Es en este caso cuando, voluntariamente, puede ceder el legado de su cuenta. Eso sí, con ciertas limitaciones. Un mero trámite para poder administrar varias cuestiones útiles tras su fallecimiento.
Para ello sólo hay que acceder al menú Configuración de Facebook. Basta con pinchar sobre el la pestaña de las tres rayas en la parte derecha, pulsar sobre Configuración de la cuenta y después pasar a la sección Seguridad. Aquí se puede encontrar el apartado Contacto de legado, donde seleccionar a un amigo o familiar para que gestione la cuenta una vez que se informe acerca del fallecimiento del titular original.
El siguiente paso es pulsar sobre la opción Elegir contacto, eso sí, introduciendo la contraseña de usuario de nuevo para asegurar el proceso. Tras ello sí es posible escribir el nombre de esa persona que tiene cuenta en Facebook y que se encargará de administrar la cuenta conmemorativa que le legue el usuario. De momento no recibirá ninguna notificación como contacto legado. Tan sólo en el instante en el que Facebook conozca mediante su sistema de solicitud de cuenta conmemorativa que dicho usuario ha fallecido. Claro que siempre es posible contactarle previamente para explicarle sus intenciones y voluntades.
Con este proceso, ese usuario legado tiene poder para cambiar las fotos de perfil y portada. De esta forma puede respetar la voluntad del usuario y mostrar imágenes que lo representen fielmente, pudiendo sustituir cualquier fotografía circunstancial que no haga honor a su memoria. Aparte de esto, este usuario de legado puede gestionar las solicitudes de amistad después del fallecimiento, permitiendo que más contactos puedan ver y acceder al perfil conmemorativo o no. Por último, puede fijar una publicación como principal. Algo que informe acerca del amor por el usuario fallecido, la fecha del funeral o un contenido especial que se quiere mostrar en primer lugar en este perfil conmemorativo.
Eso sí, la seguridad y privacidad del fallecido quedan intactas. Y es que el contacto que hereda de alguna forma la administración del perfil conmemorativo no puede eliminar publicaciones, leer los mensajes privados del fallecido ni entrar en su cuenta como tal. Así, queda como mero gestor pero sin poder modificar nada de su contenido. Un punto extra es la posibilidad de poder descargar una copia de todo lo publicado por el usuario fallecido en su perfil, siempre y cuando éste lo permita en la solicitud previa.