La tienda de aplicaciones de la plataforma Android ha acogido un nuevo juego entre su colección. Se trata de Agar.io. Una curiosa propuesta poco conocida por algunos, pero que ya ha conseguido muchos seguidores acérrimos a través de su versión web, donde sólo se podía disfrutar hasta ahora. Con ello, cualquiera puede jugar en cualquier momento y lugar si dispone de un terminal Android, tratando de ser el cazador y no la presa en este sencillo pero adictivo título.
Así, Miniclip ha conseguido llevarse el gato al agua al ser la empresa desarrolladora de la versión móvil de Agar.io. Una versión que sigue fielmente lo visto en la web, adaptándose además de forma bastante correcta a las pantallas táctiles. Y es que este es el principal problema de los juegos que triunfan en otras plataformas. Algo que permite disfrutar de una experiencia bastante similar a utilizar un ratón, aunque con algunas salvedades que no terminarán de gustar a los más puristas. Lo bueno es que permite su configuración en la sección Ajustes.
En cualquier caso, se trata de un juego con una sencillísima mecánica: comer para ser el más grande y evitar así ser comido. Para ello el jugador sólo debe controlar la dirección de su pelota, que puede moverse hacia cualquier lugar en busca de otras más pequeñas. En este caso, los más pequeños son engullidos, sumándose a la masa de la pelota del jugador y haciéndole más grande con cada captura. Algo sencillo si no fuera por el resto de jugadores que pueblan el terreno de juego y que persiguen el mismo objetivo.
Esta dificultad no se traduce en la imposibilidad de encontrar puntos más pequeños que engullir, ya que aparecen por doquier y en abundancia. El problema reside en que, para otros jugadores, el propio usuario puede ser comida. Eso sí, siempre que sean más grande que él. Es por ello que hay que avanzar con todos los sentidos puestos en el entorno, vigilando qué jugadores pueden ser comidos y cuáles son un peligro.
La dificultad de controlar tantas variables, así como el manejo de la propia pelota, que se hace más lenta y pesada cuanto más grande es, hacen que sea un título adictivo. Y es que las partidas pocas veces duran más de un par de minutos, siendo devorado por algún otro jugador más grande. Aparte, el juego lleva consigo la posibilidad de personalizar con una bandera o imagen la pelota, siempre y cuando se conozca el nombre que desbloquea dicha opción (como introducir Doge).
Junto a ello existen un par de poderes que el jugador puede utilizar cuando consigue alcanzar determinado tamaño con su bola. Se trata de la posibilidad de subdividirse en varias para conseguir más velocidad de movimiento y llamar menos la atención, además de la opción de disparar materia. Es decir, disparar un porcentaje en forma de bola para conseguir atrapar a otros jugadores que se mueven más rápido al ser más pequeños. Claro que estas situaciones ponen en peligro al propio jugador al reducir su tamaño.
En definitiva, un juego sencillo en concepto e imagen, algo complicado en jugabilidad y que ahora se puede disfrutar desde el móvil. Algo que ampliará sus fronteras, pero que seguirá siendo adictivo sólo para algunos. Lo bueno es que se puede descargar gratis para Android y probarlo de primera mano. Está disponible en Google Play. Eso sí, cuenta con compras integradas.