La red social de fotografía por excelencia nació móvil y continúa poniendo toda la carne en el asador sobre las plataformas portátiles. Sin embargo, Instagram ha tanteado de vez en cuando con la web, ofreciendo a los usuarios un reflejo de sus perfiles o la posibilidad de disfrutar de sus contenidos a través de la pantalla de un ordenador. Algo cómodo en algunas situaciones concretas, pero que sigue dejando de lado la gestión de esta red social desde la web, cuestión que muchos querrían. En cualquier caso, Instagram no se olvida de esta versión web, retocándola y actualizándola a los tiempos que corren.
Así, la red social cuenta con un nuevo aspecto en la web, un cambio respecto a versiones pasadas que, sin embargo, se queda en lo estético. Lejos queda la posibilidad de subir fotos desde el ordenador o publicar cualquier contenido. Eso sí, es un lavado de cara de lo más notable y vistoso, apostando por el minimalismo y dejando todo el protagonismo a las imágenes, que ahora tienen mayor tamaño y ningún marco que distraiga la atención de los usuarios que visitan esta versión web.
Los cambios pueden parecer sutiles al ojo inexperto, pero el antes y el después es de lo más notables. En primer lugar por el mayor tamaño de las imágenes, que hace que sean los objetos de mayor atención de estas nuevas páginas. Todo ello ahora en columnas de tres, en vez de la antigua versión con hasta cinco imágenes. Algo que alarga la cuadrícula y que permite centrar aún más la atención sobre cada foto o vídeo, además de permitir ampliar su tamaño en cualquier formato y tamaño de pantalla.
Aparte de esto, se han eliminado todos los marcos, líneas divisorias y demás elementos superfluos que buscaban diferenciar secciones, fotografías y el resto de elementos del fondo de la web. Ahora el diseño es mucho más limpio y minimalista, colocando todos los elementos sobre el fondo sin ningún tipo de ayuda visual. Algo que se aplica tanto al perfil de los usuarios, que ni siquiera cuenta con el collage de fotografías en la parte superior, como al pinchar sobre cualquier etiqueta o hashtag, mostrando las imágenes relacionadas con el mismo formato de cuadrícula limpia y sencilla.
El muro del usuario sí que cuenta con algún elemento más aparte de la imagen. De esta forma es posible revisar las fotos que publican los contactos a los que se sigue y verlas diferenciadas unas de otras gracias al formato tarjeta. Así, se delimita el contenido, diferenciando bien entre las fotos y los comentarios de unos usuarios y de otros. Aunque todo ello apostando por el blanco y las líneas grises muy sencillas y limpias.
De esta forma Instagram limpia la cara de su versión web, buscando similitudes con las aplicaciones móviles y mejorando su experiencia. Quizá un paso previo a dar más opciones a los usuarios, o una mera estrategia para permitir total comodidad a aquellos que no son usuarios y consultan perfiles desde la web o a través del navegador de Internet del móvil.
