La aplicación de mensajería más extendida en el panorama móvil se enfrenta a su efectivo y completo bloqueo en Brasil. Una decisión judicial que parece estar esquivando en la medida de lo posible pero que obliga a las operadoras y servicios de Internet a bloquear su funcionamiento por no respetar las leyes del país y no acatar las peticiones de la justicia carioca que ya lleva tiempo solicitando a la compañía. Algo que afectará a millones de brasileños que usan WhatsApp para comunicarse, y que parece estar beneficiando a otras aplicaciones de mensajería similares.
Según parece, un juez del estado Piauí emitió el pasado día 11 de febrero una orden contra WhatsApp obligando a su cese en Brasil por negarse a colaborar con investigaciones judiciales que estaban en marcha. Y es que la aplicación de mensajería estaba siendo utilizada para que una red de pederastas intercambiase fotos de menores con contenidos sexuales y comprometidos. Debido al hermetismo de la compañía y de su aplicación, que al parecer no puede ser espiada por los sistemas de los gobiernos, los datos, imágenes e información no fueron facilitados ante la policía y juzgados de Brasil. Por ello, de nuevo, el juez dicta un recordatorio para las empresas de telecomunicaciones que deben bloquear el servicio de forma efectiva tras la resolución ya publicada.
En medios de comunicación latinoamericanos como CNN México, informan que de momento WhatsApp sigue funcionando con normalidad, sin problemas en el envío de mensajes. Sin embargo, podría tener las horas contadas. Y es que, aunque la ley de comunicaciones protege al medio, en este caso WhatsApp, al no hacerle responsable del contenido que circula por ella, sí está obligada a respetar las órdenes judiciales. Algo que no parece dispuesta a hacer al no ceder información ni ofrecer acceso al sistema judicial brasileño a los contenidos que solicitan.
Ahora toca ver si las empresas de comunicación que suministran servicios de Internet en Brasil llevan a cabo las órdenes judiciales dictadas. De momento su sindicato, SindiTeleBrasil, ya ha declarado que se trata de una medida desproporcional, y que afectará a millones de brasileños por el hecho de conseguir información de unos pocos.
La cuestión que aquí se plantea es si este caso creará jurisprudencia para otros países y problemas similares. Y es que WhatsApp sigue siendo hermética ante compañías y gobiernos que solicitan datos o acceso a las conversaciones. Por su estructura, el servicio parece estar protegido ante sistemas de espionaje, aunque su aplicación es vulnerable si se tiene acceso al terminal de un usuario en concreto.
De momento ya hay quien se ha beneficiado de este caso. Se trata de la aplicación de mensajería Telegram. Una herramienta que aboga por la privacidad y seguridad de los mensajes de los usuarios al poder crear chats secretos, donde los contenidos acaban desapareciendo y están especialmente protegidos. Así, afirma haber alcanzado dos millones de nuevos usuarios en sólo 20 horas. Algo que ayudaría aún menos a las instituciones brasileñas a la hora de investigar estos casos de pederastia o cualquier otro delito que se apoye en estas vías de comunicación móvil.