La monetización de las aplicaciones, más concretamente la publicidad, es un hecho de lo más habitual. Y es que es la forma más directa que tienen los desarrolladores para conseguir una compensación económica por el trabajo realizado. Más aún cuando la gran mayoría de las aplicaciones son gratuitas para conseguir captar más usuarios sin necesidad de suscripciones de pago o la compra directa de la herramienta. Algo que en Google también saben aprovechar y que ya puede verse desde hace un año en el servicio web de Gmail, su correo electrónico, y desde hace un tiempo también en la aplicación para móviles.
Un movimiento curioso ya que, a pesar de que la publicidad está más que presente en los diferentes servicios de Google como los carismáticos (a la par que molestos) anuncios de YouTube, en este caso lo hace de forma un tanto camuflada, lo que podría llevar a error a los usuarios menos doctos. Y es que estos anuncios publicitarios bien podrían pasar por un correo más esperando en la cabecera de la bandeja de entrada listo para ser pinchado y acceder a él. Una característica que parece estar aún en fase de implantación ya que no aparece en las aplicaciones de todos los usuarios móviles.
Los anuncios llegan directamente a la bandeja Promociones de la aplicación Gmail. Una sección que se encarga, por lo general, de recoger las newsletter y otros mensajes del ámbito publicitario para separarlos del resto de contenidos de la bandeja de entrada. Aun así, su disposición es cuanto menos inquietante. Y es que se sitúa en la parte superior, pudiendo pasar por un correo recibido que no se ha leído aún. Eso sí, Google ha querido marcar estos correos con la etiqueta Anuncio para diferenciarlo de los demás, además sus diseño permite separarlo ligeramente de los mensajes de verdad. Pero poder marcarlo con la estrella de favorito como uno más no ayuda.
Otra curiosidad de estos anuncios es que no se trata de enlaces directos a la web o servicio que están promocionando. Su formato es el de un mensaje de correo normal, desplegándose para mostrar un banner o anuncio publicitario, pero a través de la propia aplicación Gmail. Una comodidad que permite evitar tener que acceder al navegador de Internet y ser distraído de la tarea de revisar el correo, pero que no deja de introducir publicidad en uno de los pasos que los usuarios dan diariamente, a veces de forma robótica, llevándolos a confundir un mensaje publicitario con un mensaje real.
Otra característica importante de estos anuncios relativamente encubiertos, es el botón de información que aparece junto a ellos. Se trata de un enlace a una página de Google donde se detallan los diferentes datos del usuario que se utilizan para determinar qué tipo de publicidad le llega. Así, es posible conocer detalles como la franja de edad, los idiomas, los intereses y otras cuestiones que Google ya sabe del usuario. Datos que se pueden inhabilitar, consiguiendo una publicidad menos personal y por ende algo más inútil, pero también corregir para conseguir que, al menos, la publicidad a través de los servicios de Google pueda llegar a resultar práctico o al menos interesante.
Según la propia Google, los anuncios se muestran únicamente cuando son realmente interesantes para el usuario, y en la sección que mejor casa con ellos. Y es que la idea es que la publicidad sea útil y no sólo una molestia en los servicios y tareas diarias del usuario. Claro está que, integrarla casi como si de un mensaje más se tratase tiene otras connotaciones más allá de querer encuadrarla sin que sea excesivamente visible. En cualquier caso, no todos los usuarios pueden encontrar esta publicidad en sus bandejas de entrada, pero nunca está de más conocer de su existencia para evitar, en la medida de lo posible, caer en ella por error.