Parece que la lucha entre las aplicaciones de mensajería no ha hecho más que empezar. Y es que cada vez las alternativas a la hegemónica WhatsApp cuentan con más posibilidades y opciones sobre esta. A pesar de que sigue reinando como la herramienta con más usuarios activos al mes, uno de los puntos por los que fue adquirida por Facebook por la mareante cifra de 19 mil millones de dólares. Entre dichas alternativas Telegram resuena con más fuerza. Quizá por su aporte de seguridad y privacidad, o quizá por ser la última en llegar a un mercado cada vez más copado. Pero ¿en qué mejora Telegram a WhatsApp?
Seguridad
Es una de las grandes señas de identidad de Telegram. Y es que surge casi por el capricho de un multimillonario ruso que quería disponer y dar al pueblo una herramienta con la que comunicarse libremente, sin la vigilancia del gobierno y sin fisuras para fisgones. Es por ello que cuenta con un sistema de seguridad potente, mucho más que el de WhatsApp, muy criticado por los expertos en seguridad.
Esto se debe a varias cuestiones que diferencian a Telegram de WhatsApp. Así el servicio de mensajería de origen ruso cuenta con un sistema de servidores descentralizados. Algo que evita que toda la información pase por el mismo punto, y por tanto, que sea el blanco de ataques y espionajes. Además el servicio cuenta con un sistema de encriptación (codificación) de la información que se envía que no lleva la clave para descodificar los mensajes a plena vista en la misma transferencia, como sí hace WhatsApp.
Tan seguros están en Telegram de la fortaleza de su servicio que cuentan con un premio de 200.000 dólares para aquél hacker o experto en seguridad que descubra un fallo o supere las barreras de su herramienta.
Privacidad
Junto a la seguridad, la privacidad es otro de los puntos fuertes y la carta de presentación de este nuevo servicio de mensajería. Y es que ha aprovechando el tirón mediático de los casos de espionaje de gobiernos, las filtraciones de antiguos trabajadores de organismos de inteligencia o el miedo de los usuarios a que sus datos y mensajes sean leídos por terceros para posicionarse como una fuerte alternativa.
Algo que de lo que es capaz gracias a funciones como los chats secretos. Un tipo de conversación con barreras de seguridad y privacidad extra como una codificación de móvil a móvil, la imposibilidad de reenviar los contenidos compartidos en dicho chat y, sobre todo, la posibilidad de activar la característica de autodestrucción de mensajes y contenidos tras un cierto tiempo. Todo ello sin que quede ni rastro de esas conversaciones o de los mensajes en los servidores de Telegram. Cuestiones que están muy lejos de las funciones de WhatsApp.
Gratuidad
Sin duda, el tercer gran pilar de la oferta de Telegram sobre WhatsApp es que se trata de un servicio completamente gratuito. Sin subscripciones, compras en la aplicación, ni compra de contenidos de ningún tipo. Una herramienta completamente gratis, al menos por el momento, que se opone al pago de 1 euro de forma anual que propone WhatsApp. Un coste que sigue siendo mínimo para un servicio que se utiliza todos los días, pero que en el caso de Telegram evita el trago de realizar el pago a los usuarios que no disponen de tarjeta de crédito o que no se fían de los trámites bancarios a través de Internet.