La plataforma Android siempre se ha caracterizado por la libertad que ofrece a los desarrolladores para la creación de todo tipo de aplicaciones. Sin embargo, Google ha tenido que ponerse seria con algunas de ellas, eliminándolas de Google Play por incumplir un punto de su normativa al impedir que aparezcan los impertinentes banners o anuncios publicitarios durante el uso de otras aplicaciones. Una solución que algunos usuarios utilizaban para evitar la saturación publicitaria en juegos y otras aplicaciones, y que ahora están prohibidas en Google Play.
Al perecer, la alarma ha saltado a mediados de esta misma semana, cuando algunos desarrolladores de estas aplicaciones que bloquean la publicidad han recibido, mediante un correo electrónico de Google, el aviso de que su aplicación iba a ser retirada de Google Play. Un texto similar al siguiente: Después de una revisión periódica hemos determinado que su aplicación interfiere o accede a otro servicio o producto de manera no autorizada. Este hecho viola la disposición de su acuerdo con Google.
Así, dicho mensaje hace alusión al punto 4.4 del Acuerdo de Distribución para Desarrolladores. Un contrato que éstos han de firmar cuando adquieren la licencia de desarrolladores de Android. Este punto dice textualmente que se prohíbe el desarrollo de productos que pueda suponer una interferencia, alteración, daño o acceso no autorizado a dispositivos, servidores, redes u otro tipo de propiedades o servicios de terceros, incluidos, entre otros, los usuarios de Android, de Google o de cualquier operador de red móvil. O lo que es lo mismo, la creación de aplicaciones que impidan el normal funcionamiento de otras en las que se introduce publicidad de forma legal.
Con ello, herramientas como Adblock o AdAway han desaparecido ipso facto de Google Play, siendo imposible encontrarlas a través de la web o de la aplicación de smartphones y tabletas. Este tipo de aplicaciones suelen requerir que el terminal sea root, es decir, que esté modificado para tener acceso a todas las funciones. De esta manera, puede filtrar los contenidos procedentes de las conexiones 3G y WiFi para evitar los comentados y a veces abusivos anuncios publicitarios.
Desde el punto de vista de Google es una medida necesaria, y es que los ingresos y el sistema de monetización de la mayoría de aplicaciones gratuitas está en peligro con la proliferación de este tipo de herramientas. Por tanto, era lógico que tarde o temprano pusiera fin a esta práctica. Al menos hasta donde Google tiene poder para hacerlo, ya que, existen otros mercados de aplicaciones no oficiales donde estas herramientas siguen estando disponibles.
Así, las páginas web de estas herramientas siguen ofreciendo la descarga directa de la aplicación. Eso sí, es un proceso menos seguro que a través de Google Play. Otra alternativa para evitar los anuncios mientras se juega o se utiliza una aplicación que no requiere conexión a Internet es desconectar la conexión WiFi y de Datos. Pero no hay que perder de vista que está en juego la remuneración de los desarrolladores que han decidido poner a disposición de los usuarios sus creaciones de forma totalmente gratis.