La compañía Google sigue mejorando el funcionamiento de su tienda de aplicaciones con nuevas medidas de defensa para el usuario. Cambios que han sido detectados por los propios desarrolladores, quienes deberán ofrecer ahora una dirección física de contacto para seguridad de los usuarios que quieran contactar directamente con ellos. Uno de las diferentes medidas que Google Play está a punto de introducir para reflejar en las páginas de descarga de las diferentes herramientas de pago que se distribuyen a través de ella.
Así, un aviso en la consola de desarrolladores ha comenzado a alertar a éstos de una nueva exigencia por parte de Google. Se trata de la necesidad de especificar una dirección física real que se mostrará junto al resto de la información de la aplicación en Google Play. Eso sí, esta nueva norma de Google es obligatoria sólo para los desarrolladores que hayan publicado una aplicación de pago o cuenten con herramientas con compras integradas en su interior.
Según la propia Google, esta medida es necesaria para cumplir con las leyes de protección al usuario aplicadas, además de las buenas prácticas respecto a los contenidos de pago. Cuestiones que recuerdan que esta compañía ya ha sido obligada a devolver el dinero de compras dentro de las aplicaciones realizadas por infantes sin el consentimiento de sus padres. Algo que está tratando de corregir con la solicitud de una contraseña de seguridad cada vez que se accede a una compra y otras medidas como las actuales.
Con todo ello las aplicaciones de pago y aquellas gratuitas con compras integradas mostrarán ahora una dirección donde personarse o ponerse en contacto con el desarrollador. Algo que resultará sencillo para las compañías y empresas grandes, que suelen tener oficinas físicas, pero no tanto para los desarrolladores independientes. Y es que estos tendrán que ofrecer la dirección de su casa o contratar un apartado postal si quieren mantener su estatus y aplicaciones. Google ya ha confirmado que vetará algunas de las funciones de los desarrolladores que no indiquen esta dirección antes del día 30 de septiembre. Además, si pasado un tiempo determinado no se hace caso a los avisos, se pasará a eliminar las aplicaciones de estos desarrolladores de Google Play.
Por tanto, Google muestra total determinación para proteger a los usuarios finales, aunque sea por obligación. Además, la compañía pretende ampliar la información que se da de las aplicaciones con compras integradas. Al parecer, y según un correo electrónico que ha recibido un desarrollador directamente de Google, los de Mountain View especificarán dentro de la página de descarga de una aplicación qué compras integradas contiene, o al menos cuál es el rango de precios que se pueden encontrar en ella. Algo que recuerda inevitablemente a la App Store, donde estos datos ya aparecen desde hace bastante tiempo.
En definitiva, cambios en las políticas y posibilidades de Google Play que tienen como foco principal la protección del usuario. O, al menos, darle toda la información necesaria para reclamar cualquier problema con una aplicación de pago (o con compras integradas) y su desarrollador. Algo que empezará a ser efectivo, aparentemente, a partir del día uno de octubre.