skype

La conocida herramienta de comunicación Skype es un ente muy vivo. Prueba de ello es su propia evolución desde 2008, cuando se trataba de una herramienta de videollamadas para ordenadores que utilizaba las conexiones P2P (peer to peer o de ordenador a ordenador). Sin embargo las nuevas tecnologí­as también han afectado a su historia, ampliando sus posibilidades con los dispositivos portátiles y haciendo uso de la tecnologí­a de la nube o Internet. Cuestiones que han traí­do consigo nuevas funciones y formas de estar en contacto a través de Skype, pero también la problemática de las escuchas y la privacidad.

Y es que el tema sigue candente después de descubrir a principios de este año hasta dónde es capaz de llegar el gobierno de Estados Unidos y su programa PRISM de escuchas. Algo que desde luego no preocupaba a los usuarios de Skype para ordenadores en sus inicios gracias, precisamente, a su arquitectura o uso de las conexiones P2P, que evitaban la transmisión de la información y videollamadas a través de servidores. Tan sólo conectaban y enviaban información entre los interlocutores. Pero los años han pasado y Skype ha evolucionado tratando de competir como una herramienta de comunicación y acomodarse a las plataformas actuales.

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Algo que no dudan en alabar desde Microsoft, compañí­a propietaria de Skype. Así­ lo hacen a través de una publicación en su blog oficial donde el Vicepresidente de Skype, Mark Gillett, relata los avances tecnológicos que ha recibido esta herramienta. Una evolución que va desde la mejora de la calidad de las videollamadas, como las nuevas funciones y caracterí­sticas que han llevado a Skype a convertirse en una aplicación útil para smartphones y tabletas. Una evolución en la que tiene mucho que ver la nube o la tecnologí­a que hace uso de Internet no sólo para transmitir información.

De esta forma Gillet habla de cuestiones como la reducción del consumo de baterí­a al realizar gran parte de los trámites de la aplicación en Internet y no en los dispositivos, la posibilidad de dejar la herramienta funcionando en un segundo plano y recibir notificaciones cuando existe un mensaje pendiente, el no perder información al poder sincronizarse con la nube desde cualquier dispositivo y un largo etcétera más que la tecnologí­a de Internet ha permitido ofrecer a Skype. El problema llega del pensamiento más crí­tico sobre la evolución, el uso de la nube y la protección de la privacidad de los usuarios.

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Y es que Microsoft ha sido una de las compañí­as acusadas de haber permitido el acceso a información de las videollamadas al servicio de vigilancia PRISM del gobierno norteamericano. Cuestión que con la tecnologí­a P2P no era posible, pero que la nube sí­ permitirí­a. Algo sobre lo que Microsoft ya ha afirmado “no poder debatir con más libertad”. Eso sí­, Gillett no duda en afirmar que cuentan con fuertes medidas de seguridad, tanto fí­sicas como técnicas y administrativas, para proteger la información y datos de sus usuarios. Medidas que encriptan y protegen tras códigos dichos datos y que nunca almacenan en sus servidores (nube) de forma completa.

Desde luego no es posible afirmar que el gobierno de Estados Unidos se encuentre vigilando todas las conversaciones que se realizan a través de Skype. Además, es un hecho que la nube ofrece todas estas nuevas funciones y caracterí­sticas a una herramienta de comunicación realmente útil tanto para el contacto personal como el profesional. Sin embargo cabe preguntarse hasta qué punto poder controlar la información de los usuarios es útil para ofrecer un servicio personal y práctico. Más aún cuando planea la duda del espionaje gubernamental.